Picahueso Malambo: el ballet que emocionó al país

Se consagraron como Conjunto Revelación en el rubro danza del Pre Cosquín 2020. Hoy actuarán en Rivadavia Le Canta al País.

Picahueso Malambo: el ballet que emocionó al país
Picahueso Malambo: el ballet que emocionó al país

Sin excusas de por medio, cada semana Picahueso Malambo se reúne a ensayar a fin de ajustar el baile, la técnica y cranear una idea diferente que los distinga del resto. 

Ese compromiso con el trabajo, la dedicación, la osadía de pensar una puesta jugada para la disciplina y la pasión por el baile y nuestras raíces son los que mueven a este grupo de ocho malambistas y cuatro músicos, que por cuarto año consecutivo pasó a la final del Pre Cosquín en el rubro Conjunto de Malambo. Y en esta edición rompieron la racha y se alzaron con el premio mayor en su categoría, del certamen para Nuevos Valores en Córdoba. 

Inspirados en el Ejército de Los Andes, el grupo representó a la sede Junín Mendoza y sorprendió con una puesta diferente desde lo estético y conceptual, respetando la técnica del baile. Vestidos con trajes exclusivos, como los granaderos y el Libertador, emocionaron y pusieron la piel de gallina al jurado y una multitud que los aplaudió de pie, en el mítico escenario de la plaza Próspero Molina.


Impecables. Precisión técnica en el baile y en la coreografía. | Gentileza
Impecables. Precisión técnica en el baile y en la coreografía. | Gentileza

Con espíritu federal y patriótico

La agrupación está formada por Alexis Fernández, Rubén Zumaeta, Jeremías Boriero, Gonzalo Oviedo, Martín Herrera, Fabián González, Lucas Torres y Martín Villaruel. Ocho bailarines provenientes de distintos departamentos de la provincia como Junín, San Martín, Rivadavia, Santa Rosa, San Carlos y Malargüe. Además de los músicos Hugo Alvarado, Matías Pérez, Fabricio Constanza y David Martínez quienes se destacaron por los arreglos musicales de la puesta. "Con este combinado de malambo trabajamos desde el 2017 y decidimos armar un proyecto para Cosquín. De ellos solo quedó uno y los que participaron este año los fuimos seleccionando para esta edición. Aunque la mayoría fueron mis alumnos y nos conocemos del ambiente del folklore", cuenta el juninense Martín Villaruel, profesor y director del grupo que el 19 de enero pasado fue premiado como Mejor Conjunto de Malambo en el Pre Cosquín.

Sin descuidar la técnica y el espíritu propio del malambo, Picahueso sorprendió con su homenaje y rompió los moldes estéticos. "Al estar acostumbrados a ver al malambista con la bombacha de gaucho, quisimos mostrar una puesta diferente. Y lo tomamos con pinzas, por el respeto a los soldados. Sabíamos que era blanco o negro: nos salía bien o muy mal. Durante el camino tuvimos muchas dudas, algunos no se animaban a hacerlo. Era un riesgo y trabajamos todos los detalles. Hasta la mudanza, para que se viera bien con el pantalón. Porque con el pantalón tiene que ser perfecta la técnica, la sincronización y la igualdad de las piernas".

El 10 de enero llegaron a Cosquín y, como los últimos años, pasaron a la final con la ilusión de llevarse el premio mayor. Aclamados por la gente y la noticia que se viralizó en las redes, se quedaron los nueve días en Córdoba, que aprovecharon al máximo para ensayar y ajustar detalles. Hasta la noche del 19 cuando se consagraron como los mejores en su categoría, por unanimidad del jurado.  

Este reconocimiento llega luego de años de trabajo, compromiso y dedicación que cada uno pone, a pesar que las distancias geográficas que los separan en la provincia y que muchas veces se tornan cuesta arriba. "Es importante la destreza y la calidad humana del grupo, porque es lo que prevalece. Nos reunimos a ensayar en Maipú y a veces en San Martín, dos veces a la semana, en horario de la noche de 11 de la noche a 1 de la mañana. Es sacrificado, porque los ensayos no se mueven y a veces tenemos que postergar compromisos. A veces viajamos a San Carlos donde vive otro compañero. O el compañero que vive en Malargüe viene un fin de semana completo y esos días no se negocian, porque son claves para ensayar. Sabemos del sacrificio que hace para trasladarse", sostiene Martín de 34 años, el más grande del conjunto que integran bailarines de entre 25 y 33 años.

-¿Creció el interés por el malambo en la provincia?

-En Mendoza se ha sumado mucha gente los últimos  años. Cuando comencé, los mejores malambistas estaban en Córdoba, Buenos Aires o Santiago del Estero. Ahora me pone orgulloso porque Mendoza es un semillero en el malambo. Venimos ganando premios como solistas, combinados.

Las repercusiones de su actuación en Cosquín no cesan. Además de participar en el Festival del Chivo, esta noche estarán en Rivadavia Canta al País. Actuaron en la vendimia de Maipú y Santa Rosa, y despertaron la curiosidad de niños y adolescentes que se vieron cautivados por el carácter patriótico de la puesta. "Es un sacrificio enorme y esta repercusión es una recompensa al trabajo. Nos llegan videos de niños jugando con sus muñecos de superhéroes como granaderos y repiten el mismo texto que decíamos en el escenario. O niños vestidos con el sombrero del General zapateando. Eso te llena el alma y de alguna manera ponemos en alto el patriotismo, nuestra historia, nuestras raíces. Ojalá sirva como una motivación para los que vienen", cuenta el profesor oriundo de Junín que participa del staff de coreógrafos de la Fiesta Nacional de la Vendimia 2020.

Un traje con historia

La solidaridad y el cooperativismo en el folklore no es nada nuevo. Así como viajan kilómetros para ensayar, cada uno pone su grano de arena para conseguir lo necesario en cada espectáculo. En este caso, Picahueso recibió la ayuda la banda Talcahuano del Regimiento Número 11 de Montaña en Tupungato, del General Las Heras, que les prestaron los trajes para hacer su presentación lo más real y cercano al Ejército Libertador. "Los trajes los usa la banda Talcahuano y San Martín fue el que creó ese regimiento y los bautizó como los soldados invencibles del General Las Heras. En agradecimiento a ellos tenemos el honor de hacer un cambio de bandera junto con los soldados y bailar. Eso será en abril y en agosto es el aniversario del Regimiento y vamos a participar".

Mientras disfrutan del trabajo y el reconocimiento en plena época de Vendimia, Picahueso Malambo no piensa quedarse quieto. Preparan un año con nuevos desafíos, crear otras puestas completas; no solo con la destreza del baile, sino con otros arreglos musicales, el uso de boleadoras y mostrar todo su potencial. Como al Ejército Libertador, a Picahueso nada lo atemoriza nada. 

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