La jugada de la tarde se produjo a los 23 minutos del primer tiempo. Facundo Pons, delantero de Arsenal, sacó un centro desde la izquierda, el balón rozó en Rébola e hizo una parábola rara que terminó por debajo de la humanidad de Cristian Aracena. Gol visitante. Increíble. Justo el Pity había fallado.
Lejos de quedarse mudo el estadio, explotó en un sólo canto: "Olé, olé, olé, Pity, Pity". El mismo nació desde la platea Este y se contagió en todas la gradas. El 1 Azul, no dudó un segundo, levantó la mano derecha, pidió disculpas y se tocó el corazón.
El Pity, es uno de los jugadores más mimados por el hincha de la Lepra, más reconocido, pero desde ayer, entró a ese libro que integran pocos, el de los ídolos. Tras su error, el amor incondicional del simpatizante Azul, fue espontáneo y se lo hizo sentir. El propio "Aracena" amargado y al borde de las lágrimas, afirmó: "Venía con rosca la pelota, luego de un rebote. El pique me traicionó y terminó dentro del arco".
El arquero, próximo a cumplir el centenar de juegos con la camiseta azul, se emocionó al hablar del apoyo que le otorgaron los Caudillos: “Qué más puedo decir de la gente. Es fantástica. El apoyo fue increíble. A lo mejor, en otro lugar hubiese sido un entierro lo que me pasó, pero acá la gente me apoyó y me bancó con todo el aprecio que me tienen”.
Por último, Cristian Aracena, analizó el equipo: “Somos un grupo humilde, que siente el club. Y está bueno que ese mensaje le llegue a la gente. Paso a paso vamos a ir saliendo. En ese ímpetu de ir a buscarlo, de dar vuelta la situación, nos queda la sensación de haber hecho un partido más que aceptable, la actitud fue tremenda”.
