“Hoy sólo pido justicia y conocer la verdad. Quiero saber qué pasó con mi hermano, nada más. Ya no tengo rencores ni busco culpables, sólo tengo un dolor macabro que se ha extendido durante todo este interminable tiempo...”. Así lo señaló Silvia, hermana de Óscar Jesús Ramón Garavaglia, el joven que con apenas 17 años desapareció en El Nihuil sanrafaelino, el viernes 12 de enero de 1979, después de 3 días de campamento con un grupo de amigos a los que se identificó como Daniel Vidalled, Alfredo Alonso Decarre, Horacio Nardoni y Julio Pérez Sierra, acompañados por Atanasio Pérez Confetti, el padre de Pérez Sierra, como el adulto a cargo.
Han pasado 15.330 días de silencio, de preguntas sin respuestas y de una Justicia ausente. Nieves su madre, hoy de 80 años, continúa esperando detrás de una puerta que su hijo vuelva. Óscar Raúl Garavaglia, su padre, murió a los 86 años, en febrero de 2018, sin saber qué fue de la vida de Oscarcito. Mientras que para sus hermanos, el almanaque se detuvo un 12 de enero de 1979.
Paso a paso
El martes 9 de enero de 1979 Óscar Garavaglia (con 17 años recién cumplidos) y sus amigos partieron desde San Rafael con destino al Club de Pescadores de El Nihuil para pasar unos días de campamento. Dos días después Alonso Decarre regresó a San Rafael porque se había fracturado la mandíbula en una caída. Y ese viernes, el grupo dividido en dos salió al campo, más concretamente hacia la zona del Cerro Nevado a cazar piches, coordinando el reencuentro para las 20.
Todos volvieron menos Óscar. Y esa misma noche la novedad le fue comunicada a su familia. La triste e increíble desaparición del joven impactó en todo San Rafael y rápidamente se montó un operativo por tierra con policías, baqueanos y medio millar de vecinos, a los que sumaron desde el aire aviones de la IV Brigada Aérea. Pero la búsqueda en ese momento y hasta ahora no tuvo respuestas.
Durante 18 años (en un hecho jurídico sin antecedentes en el país), el expediente estuvo bajo secreto de sumario con la intervención de varios jueces. A lo largo de estos años hubo sospechosos, acusados e incluso detenidos, pero nunca se llegó a un juicio y mucho menos a una condena que aportara un poco de luz a la oscuridad del caso. Hace 12 años la Suprema Corte mendocina, a modo de “pedir perdón” a la familia Garavaglia por la falta de profesionalismo de sus colegas, les otorgó la suma de 120 mil pesos, que ellos se negaron a aceptar.
Y fue Silvia, la hermana que, con lágrimas contenidas, reclamó una vez más, como hace 42 años, saber qué pasó con Oscarcito. Nada más, ni nada menos.