Al cumplirse seis meses del crimen de Fernando Báez Sosa (18), se conocieron los resultados de una pericia clave que permiten no sólo terminar de reconstruir cómo fue el mortal ataque sino que además complica aún más a Máximo Thomsen (20), uno de los ocho detenidos.
Según revelaron fuentes de la investigación a este medio, las conclusiones del estudio scopométrico indicaron que fue Thomsen el que le pateó el rostro a Fernando cuando estaba en el piso.
El estudio que realizaron los peritos de la Policía Federal de Mar del Plata indicó que una de las marcas que Fernando tenía en el rostro coinciden con la impronta de las zapatillas de Thomsen que se secuestraron horas después del ataque en la casa que los acusados alquilaron para pasar sus vacaciones en Villa Gesell. Los investigadores precisaron que se trata de un calzado marca “Cyclone”.
“Habían dos improntas en el rostro de la víctima. Una no se pudo establecer pero se estableció que la otra coincide con unas zapatillas Cyclone secuestradas y que, a su vez, coinciden con el pie de Thomsen”, remarcaron las fuentes consultadas.
El informe es determinante para reactivar la marcha de la causa que generó una enorme conmoción e instaló en todo el país el debate sobre la violencia entre los jóvenes y que puso en tela de juicio la formación de los rugbiers.
Esta es una de las medidas de prueba pendientes en la causa, por la que están detenidos Thomsen, Ciro Pertossi (20), Luciano Pertossi (18), Lucas Pertossi (21), Enzo Comelli (20), Matías Benicelli (20), Blas Cinalli (19) y Ayrton Viollaz (21), imputados como coautores del delito de “homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”.
Otros de los involucrados son Juan Pedro Guarino (19) y Alejo Milanesi (19). A los dos se los acusa de ser “participe necesario” pero fueron excarcelados.
Por ahora, la principal hipótesis de la fiscalía es que los acusados salieron aquel 18 de enero del boliche Le Brique de Villa Gesell, una de las principales ciudades balnearias de la provincia de Buenos Aires, con “la intención de darle muerte a Fernando”.
“Para eso se dividieron las tareas: mientras dos o tres le pegaban, otros impedían que los amigos de Fernando puedan auxiliarlo. Concretamente, en sus testimoniales, los amigos de Fernando dijeron que algunos de los acusados hicieron una barrera”, explicó ante la consulta de este medio Diego Escoda, el fiscal del Dolores que inició la investigación.
Los testimonios que menciona Escoda coinciden con las escenas que se observan en las filmaciones incorporadas al expediente.
Ese modus operandi, que muchos definieron como un “ataque en manada”, es el que complicó a todos los detenidos porque la Justicia considera que todos, ya sea como coautores funcionales o como partícipes, contribuyeron con el trágico final.
Por lo pronto, el mes que viene seguro se termina la instrucción y se iniciará la etapa de juicio, que se haría a lo mejor el año que viene.