Tras finalizar la ronda de testigos, la acusación que pesa sobre un líder espiritual de un iglesia evangélica de Palmira que es juzgado por el presunto abuso sexual de una joven de 17 años, fue ampliada por la Fiscalía de Violencia de Género de San Martín que lleva adelante la acusación.
El debate que tiene en el banquillo de los acusados a Nicolás Facundo Coronel Piso, hijo de un pastor evangélico de la iglesia Cristo La Esperanza, había comenzado el 30 de mayo pasado con la siguiente acusación: “Abuso sexual simple doblemente agravado por ser cometido por ministro de culto reconocido y por resultar un grave daño en la salud mental de la víctima”.
Ayer, la fiscal de Violencia de Género, Mariana Gutiérrez, tras analizar las testimoniales, sumó otro agravante: “Por ser encargado de la guarda”.
Según trascendió, el presunto abuso habría ocurrido “durante una pijamada que habría organizado la iglesia” y por ello, en esa acusación, Coronel era uno de los encargados de cuidar a los menores que estaban en el lugar, durante una actividad “oficial” de la iglesia que representaba.
Con este panorama y de cara los próximos alegatos, el juez penal Federico Rapacioli notificó la novedad a la defensa por lo que se solicitó un plazo para analizar el nuevo panorama.
Así las cosas, en una nueva audiencia que aún no tiene fecha, alegaran la fiscal de Violencia de Género, Mariana Gutiérrez; Florencia Morán, la abogada de la víctima que hoy tiene 23 años; y el defensor de acusado
El doble agravante inicial que pesa sobre Coronel se debe a que el joven, si bien el pastor es su padre, se desempeñaba como líder espiritual, función que le habían otorgado las autoridades nacionales de la Unión de Asambleas de Dios.
Por otra parte, el guía espiritual evangélico enfrenta también el agravante por el presunto grave daño que habría sufrido la denunciante a nivel psicológico. Por ello será de importancia a la hora de alegar, el aporte que hicieron los especialistas de Cuerpo Médico Forense y otros psicólogos que hicieron el abordaje psicológico de la joven.
El presunto abuso comenzó a ser investigado a mediados de 2022, cuando la joven denunció a Coronel, pero los hechos habrían ocurrido en 2018, cuando la chica le pidió al acusado tener una charla por un tema de índole espiritual. El guía espiritual, entonces, la habría citado en su casa donde se habría realizado una pijamada, según las nuevas pruebas.
Allí, el imputado la habría sometido a algunos tocamientos hasta que la joven logró escapar del lugar.
La situación habría llevado a la denunciante a realizar terapia, y el trabajo realizado junto a una psicóloga le permitió poder denunciar el hecho años después de sucedido.