La banda narco conocida como “Los Rosarinos” desató el caos en la ciudad de Rosario con una modalidad de ataque inédita. En una serie coordinada de acciones, incendiaron al azar 13 vehículos en distintos puntos de la ciudad, mientras dejaban amenazas directas contra figuras políticas locales y nacionales.
El grupo criminal, liderado por Esteban Lindor Alvarado, envió un mensaje intimidatorio directamente dirigido a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, su contraparte provincial, Pablo Cococcioni, y el gobernador Maximiliano Pullaro. La carta, firmada por “Los Rosarinos”, fue hallada en el lugar de los hechos, dejando claro que la organización no teme desafiar a las autoridades.
La acción policial condujo a la detención de dos hombres y una mujer presuntamente vinculados al hecho, la Policía de Investigación de Santa Fe continúa la búsqueda de los demás responsables.
Este acto de violencia ocurrió tan solo un día después de una subasta de vehículos incautados al crimen organizado, lo que no descartan desde el Gobierno una posible conexión con esto. Sin embargo, las autoridades sugieren que el conflicto podría estar relacionado más profundamente con problemas a nivel nacional.
El epicentro del ataque parece tener vínculos con Ezeiza, donde Alvarado cumple una condena. Conocido por su historial delictivo, Alvarado fue capturado en 2019 en una operación cinematográfica mientras disfrutaba de un asado cerca del Embalse Río Tercero.
El delincuente comenzó robando vehículos para descuartizarlos y vender sus partes en el mercado ilegal. Antes de ser detenido estaba beneficiado con la libertad condicional tras cumplir parte de una condena de 6 años y medio de prisión por este delito.
Con la libertad su nombre comenzó a sonar en Rosario porque se había hecho control de gran parte del negocio narco que había quedado luego de la caída de la banda de “Los Monos”. Con el tiempo se convirtió en el miembro principal del clan.
Alvarado está tras las rejas en el Complejo Penitenciario 1 de Ezeiza luego de ser condenado a 15 años de cárcel por asociación ilícita y narcotráfico, sumado a esto pena perpetua por el homicidio de Lucio Maldonado en el 2018.
Sin embargo, a pesar de estar totalmente aislado y bajo estrictas medidas de seguridad: sin celular ni tecnología, su capacidad para coordinar acciones criminales sigue siendo motivo de preocupación para las autoridades.
Hasta el 2023 gozaba de casi todos los mismos beneficios que los demás convictos, pero ese año intentó escapar de la cárcel en un helicóptero. Todo lo había organizado desde un celular.
Con el mismo método, el narco seguía operando desde la cárcel, organizando ataques, extorsiones y homicidios. Aunque sus órdenes desde la cárcel se pudieron cortar, el sistema federal sigue teniendo grises en su código procesal y de ejecución.
Desde el gobierno provincial dijeron que “está fuera de control” al referirse de los presos en las cárceles federales porque no pueden intervenir en las comunicaciones y visitas, pero las bandas saben que tienen línea directa con la gestión nacional.
Por eso, según TN, no es causal que hayan amenazado a Patricia Bullrich, que prometió mano dura y castigo para quienes comentan delitos graves como el narcotráfico y el crimen organizado.
En Santa Fe se puede reforzar los controles de las cárceles donde hay entre 500 y 600 presos dentro de un régimen de máxima seguridad desde que Maximiliano Pullaro comenzó su gestión. Además, movilizó a toda la policía a las calles, amplió las plazas en los penales, inhibió la señal de teléfono y sacó las visitas higiénicas, usadas generalmente para llevar y traer información de afuera.
Por eso los mensajes amenazantes que se han dado en los últimos meses a las autoridades no son casuales. No por operativos para derribar búnkers de droga o atrapar a quienes las venden, sino que los ataque se deben a un tema de limitaciones dentro de la cárcel.
Sin tecnología, sin contacto con familiares o conocidos, sin el ingreso de comidas, los líderes narcos están atrapados de pies y manos en las cárceles, pero se las siguen arreglando para enviar órdenes hacia el exterior.
NUEVA CÁRCEL DE MÁXIMA SEGURIDAD
El gobierno de Santa Fe tiene planeado abrir una nueva cárcel anexa a la de Piñero. De máxima seguridad, régimen estricto conformado por diez módulos separados, donde las bandas no puedan tener comunicación entre sí y donde el control será extremo.
El proyecto ya fue presentado y está próximo a adjudicarse mediante licitación. Costará alrededor de 10 millones de dólares y será la gran apuesta del gobierno provincial. “Se gasta más en seguridad que en el boleto educativo”, dijeron a TN desde Santa Fe. Añadieron que darle de comer a los prisioneros cuesta alrededor de 230 millones de pesos mensuales.
