A Brenda Uliarte, la joven acusada de ser coautora del delito de tentativa de homicidio contra la vicepresidenta Cristina Kirchner, le detectaron lastimaduras en su cuerpo, según el informe del Servicio Penitenciario Federal (SPF). Lo curioso es que allí se sostiene que intentó “quitarse la vida”, pero ella se lo niega a su abogado.
Antes de cumplir una semana en el penal de Ezeiza, ingresó al juzgado a cargo de María Eugenia Capuchetti un informe del Servicio Penitenciario Federal (SPF), que depende del ministerio de Justicia de la Nación, donde se alertó que la novia de Fernando Sabag Montiel “presentaba signos de haberse lastimado” y que ante la consulta de los especialistas que observaron la situación “hizo referencia a que se quería matar”.
La joven de 23 años se encuentra alojada en una celda individual de 3 por 3,5 metros con extremas medidas de seguridad solicitadas por el juzgado.
Lo curioso del caso es que Brenda Uliarte negó la versión del intento de suicidio cuando habló con su defensor oficial Gustavo Kollmann. La detenida dijo que nunca tuvo intenciones de quitarse la vida y que las lastimaduras responden a la “picadura de una araña”.
De todos modos, la jueza Capuchetti dispuso esta semana que se le brinde atención psicológica. La defensoría oficial, en simultáneo, requirió que en el marco del incidente de salud se mantenga un seguimiento terapéutico de su estado psicológico, según informó Clarín.
La preocupación de Brenda Uliarte en la cárcel
Además, Uliarte le dijo a su abogado que le inquieta “seguir con los estudios”: terminar el secundario y poder iniciar la carrera de Medicina.
La preocupación por su amiga Agustina Díaz también crece más. Ambas se encuentran separadas en la cárcel federal: Brenda está en el complejo 4 y su amiga, en el 31.
La pareja de Sabag Montiel tiene temor respecto a su integridad física, aunque se mostró más tranquila estos últimos días al contar con un lugar de detención “más apto para la situación que afronta”.
En lo estrictamente judicial, Brenda Uliarte está a un paso de afrontar un juicio oral. La pena por los delitos atribuidos, que tienen como agravante la alevosía y la premeditación, va de los 15 a los 22 años de cárcel.
