Tras deliberar durante casi 10 horas y en un hecho inédito, el jurado popular que debe decidir sobre el destino de los cuatro imputados por el asesinato de la empresaria Norma Carleti (59) en Tunuyán fueron escoltados esta noche a un hotel para continuar mañana el proceso.
Cerca de las 11.30 de este viernes, los 12 mendocinos que componen el tribunal popular comenzaron a deliberar. Pero la tarea es compleja ya que deben decidir sobre varios escenarios alternativos que conllevarían distintas sentencias. En el banquillo de los acusados están Leonardo Hisa, ex pareja de Carleti y señalado como instigador; Juan Carlos Guerrero, quien trabajaba para el ex legislador; y dos hijos de éste, Kevin y Alexis Guerrero, acusados de ser los sicarios que terminaron con la vida de la mujer tras propinarle decenas de puñaladas.
Alrededor de las 21.30, el juez técnico David Mangiafico dispuso que el jurado fuera encapsulado por la Policía y trasladado a un hotel cercano al auditorio municipal de Tunuyán, donde se reservaron 15 habitaciones. Allí pasarán la noche con custodia policial en cada uno de los dormitorios para evitar que puedan ser influenciados o perturbados hasta la siguiente jornada de debate.
Se trata de la primera vez que ocurre esta situación pero se dispuso teniendo en cuenta las restricciones de circulación nocturna por la pandemia. Este sábado a las 9 el jurado se congregará nuevamente para tratar de arribar a un veredicto.
Durante los alegatos de cierre, el jueves los pedidos de penas oscilaron desde la perpetua para todos, pasando por la no culpabilidad y hasta condenas por un robo.
Los fiscales Fernando Guzzo y Jorge Quiroga solicitaron la prisión perpetua para los cuatro acusados, entendiendo que está probada la conexión entre ellos. Para los investigadores, Hisa fue el instigador del asesinato, Guerrero padre partícipe primario como nexo y sus hijos coautores. El querellante Víctor Ábalos, quien representa a dos hijos de Carleti, coincidió y también reclamó la pena máxima para los cuatro hombres.
También en su rol de querella, pero como abogado del hijo en común entre la empresaria asesinada y el presunto instigador, Eduardo De Oro trató de explicar que el crimen ocurrió en el contexto de un hecho de inseguridad. Así, sugirió condenas para Alexis y Kevin por homicidio en ocasión de robo, delito con penas de 10 a 25 años.
Siguiendo esta línea, aunque concentrados únicamente en la defensa de Hisa, la abogada Sofía Sosa Arditi y su colega Daniel Álvarez pidieron la absolución de su cliente.
La otra parte que pidió no culpabilidad fue la que representa a Guerrero padre. Los letrados oficiales Federico Liciardi y Nadia Moreno apuntaron a que no hay pruebas contra este hombre y que el llamado que le efectuó a Hisa a horas del asesinato, fue por la relación laboral que los unía.
Los abogados Juan Pablo Chales y Pablo Cazabán, a cargo de los hermanos Guerrero, sostuvieron que Kevin fue a robar la casa de la empresaria junto a otro sujeto que nunca fue identificado y que su defendido ni siquiera ingresó a la vivienda, por lo que no tuvo participación en el hecho. Por eso pidieron pena por participación primaria en un robo agravado. Y, en subsidio, una participación secundaria en un homicidio en ocasión de robo.
Con respecto a Alexis, sus defensores fueron por la absolución lisa y llana al asegurar que no hay pruebas en su contra.
