Detuvieron a dos mujeres acusadas del asesinato de la mendocina Margarita Toledo (80), hallada sin vida el miércoles en su departamento de la localidad de Berazategui (provincia de Buenos Aires), donde estaba acompañada por su nieto.
Las sospechosas se llaman Mariel Sauvage y Bárbara Estefanía Cimiotta. Esta última fue aprehendida la noche del jueves mientras caminaba por la calle Río Atuel y Santa Rosa, en la localidad bonaerense de Quilmes, al sur del conurbano bonaerense.
Tras la detención, a metros de su domicilio, se secuestraron prendas de vestir similares a las utilizadas durante el crimen, luego de que quedaran registradas en las filmaciones de las cámaras de seguridad de la zona.
Además, un investigador indicó que Sauvage es la expareja del hijo de la jubilada asesinada. Se espera que ambas mujeres sean indagadas en las próximas horas por el delito de “homicidio calificado”.
En ese sentido, y según informó Crónica, la principal hipótesis del crimen es que pudo ser una venganza contra el hijo de la víctima, quien había sido denunciado por abuso sexual contra dos menores de edad.
“Lo denunció por abuso contra dos hijos. Es una causa que se tramita en una fiscalía de Quilmes. Con una de las mujeres el hijo de la víctima tuvo una relación ocasional hace unos años”, declaró una fuente consultada.
Ese vocero aclaró que hasta el momento no hay radicadas denuncias de la mujer hacia el hombre en el último tiempo.
Tampoco los investigadores descartan que el crimen esté vinculado a la venta y consumo de estupefacientes.
Margarita Toledo era oriunda de Guaymallén, pero residía en Berazategui junto a su hijo y su nieto de 11 años, quien la halló muerta días atrás en un departamento del primer piso de un complejo de edificios ubicado en calles 5 y 157, de Berazategui.
La autopsia a Margarita Toledo, la mendocina asesinada en Berazategui
El resultado preliminar de la operación de autopsia determinó que Toledo sufrió 18 heridas punzocortantes en distintas partes del cuerpo, de las cuales tres fueron mortales.
“La fueron pinchando en diferentes partes del cuerpo con el objetivo aparente de que les dijera dónde tenía escondida tal cosa o que les dijera algo en particular”, precisó una fuente con acceso a la causa.
