Una banda de estafadores que engañaban a jubilados con la modalidad del famoso “cuento del tío” fue desbaratada. Operaban a la salida de bancos en el Gran Mendoza con un elaborado ardid y una puesta en escena en equipo, que lograban confundir a los ancianos.
Efectivos de la División Delitos Económicos que llevaban realizando tareas investigativas desde hacía varias semanas bajo la supervisión del fiscal Flavio D´Amore, detuvieron ayer a tres sospechosos. Dos de los aprehendidos son una pareja de salteños y su cómplice es cordobesa. Un cuarto sospechoso que logró escapar también sería cordobés, según describieron las víctimas por su acento.
Los sabuesos habían realizado observaciones en la zona bancaria de Las Heras y habían logrado detectar a un sujeto cerca de la fila de cobro de jubilados. Sin notar que era vigilado por los policías, el sospechoso seleccionó a una mujer y luego la siguió unas cuadras hasta el cruce de calles Sáenz y Falucho, de Las Heras. Allí finalmente la abordó con el ardid que utilizaba habitualmente.
Entonces apareció en escena una pareja que comenzó a revisarle el bolso a la señora. Fue cuando los uniformados decidieron actuar y capturaron a los sospechosos in fraganti. Se informó que se trata de una mujer y de su pareja, ambos salteños. El otro sujeto que había seleccionado a la víctima logró zafar del accionar policial y subir a un vehículo que lo esperaba en las cercanías.
Pero los policías no estaban dispuestos a perderlo, así que salieron en procura del vehículo y en la esquina de Catamarca y Benavente lograron frenar la marcha de la conductora, oriunda de Córdoba, que en su desesperada huida chocó a una movilidad policial. Mientras, el seleccionador de víctimas logró perderse de la vista de los efectivos por las inmediaciones.
Con la situación ya controlada, los uniformados registraron el vehículo en el cual se conducían los detenidos, donde secuestraron dinero en efectivo, entre pesos argentinos, dólares, tarjetas de crédito y débito, además de DNI de varias personas. También hallaron una gran cantidad de fajos de papel de diario, cortados y agrupados para simular dinero.
Una astuta maniobra
Según describieron fuentes policiales, el ardid utilizado por los detenidos consistía en “marcar” a un octogenario al momento de estar en la fila del banco para cobrar su jubilación o pensión. Luego de asegurarse de que hubiera cobrado, lo seguían y en zonas alejadas de cámaras o de público, lo abordaba un sujeto diciéndole que había encontrado un monedero con dólares, por lo que le sugería que fueran a otro lugar para repartir el dinero o que esperaran a que apareciera el dueño.
La puesta en escena incluía darle el monedero al anciano para que lo guardara u ocultara. Entonces aparecía en escena un cómplice que comenzaba a gritar que había perdido su monedero y se dirigía hacia el adulto mayor, a veces increpándolo para saber si lo había encontrado.
El temor y la inocencia del abuelo, generalmente lo llevaba a mostrar que recién había cobrado pero que sólo tenía su dinero. Era el momento en que aparecía un tercer sujeto, que ayudaba a distraer a la víctima, logrando sacarle el dinero de la jubilación y dejándole el monedero con los supuestos dólares. Así, todos se retiraban de la escena en un vehículo que los llevaba y esperaba en los alrededores para escapar.
Además, los estafadores se cambiaban de ropa inmediatamente después de haber cometido un engaño para evitar ser reconocidos y, en la mayoría de las veces, no usaban la fuerza, sólo engañaban a los adultos mayores con la puesta en escena.
Varias víctimas refirieron que el sujeto ahora buscado, el que logró escapar en la persecución, tiene acento de otra provincia. En otras ocasiones indicaron que tenía acento cordobés y que usaba una boina. Sigue en la mira de los investigadores.