Siete meses atrás un caso de abuso sexual sacudió a Mendoza, luego de que una mujer de Rivadavia fuera denunciada de someter a vejaciones a su hija de 10 años. La fiscalía del Este sostuvo que ya no hay pruebas por recabar y pidió que el caso se eleve a juicio, a pesar de que la defensa insistiera en que la detenida es víctima de una falsa denuncia a modo de venganza por parte del ex marido.
El padre de la pequeña víctima se presentó en la fiscalía de Rivadavia el 7 de marzo pasado y denunció que su ex pareja, y madre de la criatura, había cometido hechos de abuso sexual sobre la menor. Rápidamente comenzó la investigación en torno a la grave acusación y para el 22 de ese mismo mes, la mujer fue detenida por orden del fiscal Carlos Giuliani, que encabezó la pesquisa.
Pasaron siete meses, hasta que la Fiscalía del Este considerara que ya no había más pruebas que recabar en torno a la denuncia y ahora pidió que la causa se eleve a juicio. No obstante, los abogados defensores Federico Núñez y Agustín Patti pidieron la nulidad de esa solicitud, pero el juez Ricardo Shulz rechazó sus planteos y confirmó que la celadora deberá sentarse en el banquillo de acusados para debatir si es, o no, culpable.
Las pruebas de la fiscalía
Desde el momento que comenzó la pesquisa, el representante del Ministerio Público Fiscal ordenó una batería de pericias, entre las que se incluyeron psicológicas, para la acusada y la víctima. Esos primeros resultados le alcanzaron para imputar a la celadora de “abuso sexual con acceso carnal en concurso con abuso sexual simple agravado por el vínculo y por la guarda”. Acto seguido, la trasladaron a la cárcel de mujeres y semanas más tarde obtuvo el beneficio de la prisión domiciliaria.
En su testimonio, la pequeña víctima había descripto que sufría abusos por parte de su madre desde que se había divorciado de su papá y que los mismos ocurrían cuando se quedaban solas en la casa donde vivían con un hermano de la acusada. También habló de tocamientos en los genitales, acompañados de penetraciones con los dedos.
A pesar de que las primeras pericias físicas no respaldaban del todo el relato de la niña, porque los estudios médicos no mostraban lesiones en la zona perineal, luego la menor ratificó esos mismos testimonios en cámara Gesell y dos peritos del Cuerpo Médico Forense resolvieron que el relato de la pequeña era creíble.
¿Una venganza del ex marido?
Además de haber sorprendido por la particular característica de que la acusada y la víctima son mujeres, el caso también es atípico por contener en la causa una contradenuncia.
Es que, desde el momento en que la celadora fue detenida, la defensa alegó que el padre de la niña realizó la denuncia como respuesta al cambio de orientación sexual de la acusada. Esto porque, en cuanto se divorciaron, la celadora comenzó una relación con otra mujer.
En esta última audiencia, los abogados defensores volvieron a plantear esa hipótesis y no sólo pidieron la nulidad, sino también que se cambie la calificación del hecho, porque en caso de haber existido un abuso sexual “no fue con acceso carnal”. De ese modo recibiría menos años de cárcel, ya que de ser condenada con la imputación de la fiscalía podría enfrentar hasta 20 años tras las rejas.