Luego de un par de semanas de juicio, fueron condenados los asesinos de Franco Pastrán (26), un joven atacado a cuchillazos en marzo de este año frente a Palmares, en Godoy Cruz. Los dos imputados recibieron una pena de 10 años de cárcel.
Carlos Martín Páez (33) y Cristian Adrián Gelvez (38) se sentaron en el banquillo de los acusados a fines de noviembre, y tras algunas audiencias este miércoles escucharon la sentencia del juez Alejandro Miguel.
El magistrado los condenó por el delito de homicidio simple (de 8 a 25 años de prisión) y no por homicidio en ocasión robo (10 a 25 años), hipótesis que la fiscal Andrea Lazo intentó probar durante el debate con la declaración del testigo presencial del hecho, un amigo de la víctima que lo acompañaba en ese momento.
Esta testimonial apuntaba a que en la madrugada del domingo 21 de marzo pasado estos muchachos fueron abordados por los sospechosos con intenciones de asaltarlos y que Franco en su resistencia fue apuñalado.
La versión no convenció al juez, quien cerró la causa con la calificación inicial de homicidio simple. Es decir, los acusados habrían ultimado a Pastrán por una discusión o algo que se generó allí, ya que antes no se conocían.
En los alegatos, los abogados defensores buscaron la absolución de los dos o, en subsidio, una pena de 2 a 6 años por homicidio en riña. Por su parte, la fiscalía y la querella habían pedido 17 años de encierro.
Los ahora condenados ya contaban con antecedentes. En el prontuario de Páez figuran expedientes por hurto, lesiones leves dolosas por un accidente, daños, desobediencia, coacciones en contexto de violencia de género, drogas, abuso de armas y una violación de la cuarentena. En tanto que su cómplice tuvo roces con la Justicia por amenazas, robo agravado y tentativa de hurto.
Agresión fatal
Pastrán, padre de una nena y por entonces delivery en una farmacia, fue asesinado frente al Mc Donalds de Palmares a las 5 de aquel domingo 21 de marzo. Había ido a un bar de La Puntilla en la noche del sábado con su amigo y, cuando volvían a sus hogares caminando por la avenida Panamericana, uno de los sujetos se abalanzó contra la víctima fatal y le propinó puntazos en el tórax y en el costado derecho de las costillas, provocándole la muerte casi en el acto.
El otro chico intervino y sufrió una herida de arma blanca en la palma de la mano derecha. Los señalados atacantes fueron capturados horas después. Gelvez, atrapado en la vía pública en Guiraldes y Leopoldo Lugones, quedó comprometido en el caso luego de que lo identificaran rápidamente a través de las cámaras de la zona y por la vestimenta que llevaba, mientras que al domicilio de Páez, en el barrio Flor de Cuyo, la Policía llegó por el registro que dejó en un cajero automático de la zona.
Es que este imputado habría realizado una transacción sobre la Panamericana, tal como lo reflejaron las grabaciones, y los pesquisas accedieron a su identidad cotejando el movimiento que se realizó en el cajero a la hora del hecho. Así obtuvieron su nombre y la información sobre dónde se encontraba viviendo.