Maximiliano Godoy Ramos (30) fue condenado hoy a 11 años de prisión por el homicidio de Sergio Arias (39), un vecino al que le disparó en la cabeza, frente a su hijo de 11 años, tras mantener una discusión el pasado 20 de enero en el barrio Santa Elvira, de Guaymallén. El caso se resolvió en un juicio abreviado, tras un pacto entre la fiscalía y la defensa.
La jueza Mirna Montaldi, del Juzgado Penal Colegiado 2, firmó la sentencia de “El gordo Maxi”, como se lo conoce, luego de que él reconociera que fue quien mató a Arias. Godoy estaba imputado por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” y la magistrada lo condenó a 11 años de prisión, un poco más de la pena mínima que prevé este delito, que es de 10 años y seis meses, pero mucho menor a la que hubiera recibido en un juicio oral.
Un niño como testigo
En plena época estival en Mendoza y a plena luz del día, una discusión en el barrio Santa Elvira, en Dorrego, terminó en una de las escenas del crimen más crudas: un hombre tendido sin vida en el suelo y un niño llorándolo a su lado mientras la sangre corría por la vereda. Esa víctima era Sergio Enrique Arias y el menor, su hijo de 11 años y único testigo.
El crimen ocurrió a las 10.30 pero minutos antes de eso Arias y el niño estaban en su casa, probablemente disfrutando del ocio en días de vacaciones, cuando de pronto en el domicilio se presentó “El gordo Maxi” con ánimos de discusión. Ambos hombres comenzaron un altercado y fue entonces que Godoy sacó un arma de fuego y amenazó a la criatura.
En un desesperado acto de protección, Arias buscó defender a su hijo y la discusión -ya subida de tono- se trasladó hacia la esquina de Juan Díaz de Solís y Juan Gualberto Godoy, donde el homicida le disparó en la cabeza a su vecino, quien cayó al suelo ya inconsciente. Toda la criminal y sangrienta secuencia fue presenciada por el pequeño, quien terminó siendo pieza fundamental en la pesquisa que lideró la fiscal de Homicidios Andrea Lazo.
Algunos vecinos se alarmaron al escuchar los estruendosos disparos y corrieron a ayudar, aunque ya era tarde. Arias había fallecido en el acto y su hijo había quedado sumido en un atónito estado de shock. Luego llegaron la Policía, los médicos del Servicio de Emergencias Coordinado y la fiscalía de Homicidios, todos presentes en la escena del crimen mientras Godoy escapaba a bordo de un taxi.
El menor pudo describir al asesino de su padre y los agentes emprendieron una ardua búsqueda. Minutos antes de las 12 fue detenido en la esquina de Gutiérrez y Estrada, frente al Club Alemán, a unas 10 cuadras del lugar donde había matado a su contrincante.
Fuentes policiales revelaron a Los Andes que al momento del hecho Godoy estaba en estado de ebriedad y sin el arma homicida en su poder. En el avance de la investigación se conoció, además, que tenía antecedentes penales. En diciembre de 2021 había estado preso por golpear y amenazar de muerte a su esposa. Mientras que otro expediente reveló que también había sido detenido en 2016 por robo simple.
Acuerdo y sentencia
Tras la muerte de Arias, la fiscal Lazo dio inicio a una profunda investigación que pudo resolver el caso en solo tres meses y siete días.
Con contundentes pruebas reunidas en contra de Godoy, la representante del Ministerio Público Fiscal logró obtener un acuerdo con la defensa y de ese modo se pudo definir el caso mediante un juicio abreviado, llevado a cabo hoy cuando debía tratarse la prisión preventiva del acusado.
En la misma, Godoy se declaró culpable al reconocer que fue él quien mató a su vecino tras discutir en la vía pública aquella mañana. Eso le otorgó una condena que deberá cumplir en prisión los siguientes 11 años.
