En los últimos días, un caso ligado al horror llegó a su fin en la provincia de Santa Fe. En este caso, el protagonista es un hombre de 54 años que fue condenado a 30 años en prisión por haber abusado sexualmente de su mujer y sus tres hijos durante casi dos décadas.
Así lo determinó la Justicia que declaró culpable al hombre identificado con las iniciales M. M. A por “abuso sexual con acceso carnal calificado por el vínculo, la guarda y la convivencia; y abuso sexual con acceso carnal y promoción a la corrupción de menores agravada por el vínculo, la guarda y la convivencia”.
La sentencia de 30 años fue dispuesta por los jueces Leandro Lazzarini, Luis Silva y Gustavo Urdiales, quienes resolvieron la pena por unanimidad en el marco de un juicio oral desarrollado en los tribunales de la ciudad.
Según trascendió, el hombre habría cometido los hechos entre 1997 y 2016, pero hasta el 2010 su principal víctima fue la pareja con la que convivía.
La fiscal a cargo del caso Alejandra Del Río Ayala, quien se mostró de acuerdo con el fallo del tribunal, afirmó que los abusos se daban en “un contexto de violencia de género en el que ella tenía gran dependencia económica y emocional del agresor”.
Además, indicó que la amenazaba constantemente y que realizaba “otras demostraciones de poder, como la exhibición de armas de fuego”. “En reiteradas ocasiones le propinó golpes con los puños y con objetos y la obligó a consumir drogas”, informó a Télam.
En este sentido, confirmó que años antes de que termine dicho período, el hombre comenzó a abusar violentamente de sus hijos. El primero sufrió agresiones sexuales desde el 2008 hasta el 2016, el segundo entre el 2009 y el 2011, y el tercero en reiteradas oportunidades en 2009.
Mientras sucedían los hechos, los menores estaban en edad escolar cursando la primaria y parte de la secundaria.
La fiscal además contó que “obligaba a las víctimas a presenciar delitos contra la integridad sexual de otros miembros de la familia”, y que “forzaba a sus hijos a ver pornografía”.
En el marco de las consecuencias generadas, Del Río Ayala remarcó que lo ocurrido “tuvo entidad suficiente para afectar la salud física y psicológica de todas las personas a las que el condenado atacó”.