Este lunes se retomó la audiencia por el cese de prisión preventiva para el acusado de matar a Gisela Gutiérrez, la joven desaparecida hace más de 6 años en el barrio La Favorita, y la jueza interviniente ordenó que el sospechoso siga en el penal.
Hace diez días se realizó el primer encuentro entre las partes para resolver el planteo del abogado defensor de Héctor Días Tejera, preso desde noviembre del año pasado e imputado por un homicidio agravado por el uso de arma de fuego. El letrado solicitó la libertad de su cliente por faltas de pruebas.
El fiscal de la causa, Carlos Torres, y los querellantes que representan a la familia de la víctima se opusieron al pedido, por lo que la jueza Miriam Núñez era quien definiría.
Y en la tarde de hoy la magistrada se inclinó por la hipótesis de los acusadores y consideró que existen elementos para tener a este hombres tras las rejas, cuando el expediente está cerca de elevarse a juicio.
Además de Días Tejera, hay dos imputados más por encubrimiento agravado, pero ambos están en libertad por tratarse de un delito excarcelable (1 a 6 años de pena). Se trata de los hermanos Marcos y Daniel Quiroga que, según la teoría fiscal, habrían ayudado al autor material para ocultar el cuerpo de la mujer.
A ellos la Justicia llegó a través de la declaración de cuatro testigos de identidad reservada, quienes ante los pesquisas dieron las versiones que habían escuchado sobre el hecho. En líneas generales, dijeron que a Gisela quisieron abusarla sexualmente en una casa de La Favorita, y ante su resistencia, el principal acusado le pegó un balazo en la cabeza. Entre los tres sindicados habrían cargado el cadáver en un auto para posteriormente ocultarlo en el dique Frías, límite entre Godoy Cruz y Capital y escenario de múltiples rastrillajes para dar con algún resto de Gutiérrez.
Seis años de misterio
De Gisela, que tenía 25 años cuando desapareció, era madre de tres hijos y estaba embarazada, no se supo nada más desde el 19 de julio del 2015. En esa noche había ido a visitar a una hermana por parte de su padre en el mencionado barrio, y nunca más regresó a su casa.
Horas después de la visita su madre la vio caminando por la calle y la joven le hizo señas indicándole que antes de volver a su domicilio iría a otro lugar, y desde entonces no volvieron a verla.