Una discusión de viejos conocidos del barrio Santa Elvira, en Guaymallén, se extendió por largos minutos pero tuvo un final abrupto cuando, luego de un intercambio de palabras y golpes, uno de los involucrados sacó un arma y le disparó a su contrincante. Falló el primer disparo pero lo dos posteriores impactaron en la cabeza y en el pecho de la víctima. Todo a plena luz del día y ante los atónitos ojos de un niño de 11 años, hijo de la víctima fatal, que se convirtieron en testigos directos del hecho y se sumaron a los de algunos vecinos.
Habían pasado 30 minutos de las 10 de la mañana de ayer cuando Sergio Enrique Arias se encontró con un hombre al que conocía (del barrio, según los investigadores) en la esquina de Juan Díaz de Solís y Juan Gualberto Godoy, a unos metros de su casa, en Dorrego.
El hombre de 39 años iba acompañado de su hijo. Entonces comenzó una discusión que fue subiendo de tono. De acuerdo a la reconstrucción de los hechos, aportada a Los Andes por fuentes de la investigación, al parecer Arias llegó a pegarle a Maximiliano Godoy Ramos, con quien discutía.
De momento no se sabe con certeza qué fue lo que motivó la pelea pero fuentes policiales revelaron que al momento del hecho Godoy estaba “en estado de ebriedad”. Un pesquisa indicó que se encontraba “exaltado” probablemente por el consumo de alguna otra sustancia ilegal, según dejó entrever. Lo cierto es que, tras recibir unos golpes, Godoy -a quien apodan “El Gordo”- sacó un arma de fuego y disparó.
El primer proyectil no dio en el blanco pretendido pero los dos siguientes impactaron en la cabeza y el pecho de la víctima, que cayó desvanecida mientras su hijo trataba de comprender qué estaba ocurriendo y vecinos se alarmaban por el estruendo de las detonaciones en ese barrio de casas bajas donde los jóvenes suelen reunirse en las veredas a comer asado y escuchar cumbia.
Mientras los llamados ingresaban a la línea de emergencias 911, el asesino escapaba a pie por las calles del vecindario. Una comisión policial llegó poco después y halló a Arias tendido en el suelo, sin vida y rodeado de sangre. Su hijo fue quien les relató a los uniformados cómo habían sido los hechos y, como pudo y aún en shock, describió al atacante como un hombre de contextura robusta que llevaba una gorra blanca.
Los médicos que llegaron al lugar en una ambulancia del Servicio de Emergencias Coordinado sólo pudieron certificar que Arias había fallecido. Y mientras los curiosos y los vecinos consternados se reunían alrededor de la escena del crimen, que ya había sido vallada por la Policía, efectivos de la Unidad Investigativa de Guaymallén ya buscaban al homicida por las calles del departamento. No resultó una tarea demasiado compleja porque poco después hallaron a un sujeto que cuadraba con la descripción aportada por el hijo de la víctima.
Minutos antes de las 12, “El Gordo” fue detenido en la esquina de Gutiérrez y Estrada, a unas 10 cuadras del lugar del crimen, cuando viajaba en un taxi. Quienes transitaban por las inmediaciones del Club Alemán se vieron alterados cuando policías rodearon el vehículo y obligaron a Godoy a descender y entregarse.
El sospechoso no tenía el arma homicida en su poder. Se cree que la descartó en la huida, en los techos del vecindario o en el trayecto que hizo luego a bordo del taxi. Lo cierto es que hasta la noche de este jueves no había sido hallada.
La fiscal de Homicidios Andrea Lazo llegó a la escena del crimen y encabeza la instrucción de la pesquisa. En las próximas horas imputará al acusado.
El presunto asesino tiene antecedentes policiales. De hecho, estuvo detenido hace un mes. Fuentes de la causa revelaron que el 20 de diciembre del año pasado a Godoy Ramos se le inició una causa por golpear a su pareja, amenazarla con un arma de fuego y violar su domicilio. Por eso estuvo algunos días detenido pero recuperó la libertad. Otro expediente lleva su nombre por robo simple en el año 2016.