Un martillo encontrado en la casilla rodante, donde el cuerpo de una mujer de 44 años llevaba casi una semana en descomposición, sería el arma improvisada con la que le dieron muerte. El cadáver de María Victoria Ruiz fue encontrado el viernes pasado en un camping en El Carrizal, Rivadavia. Los estudios preliminares determinaron que fue víctima de un femicidio, por lo que el hombre con el que estaba saliendo y había llegado al lugar es intensamente buscado.
Alrededor de las 11 del último viernes ingresó un llamado a la línea de emergencias 911. El encargado del camping Rivadavia le indicó a la operadora del Centro Estratégico de Operaciones que de una casilla rodante apostada en el lugar salía un olor nauseabundo y que permanecía cerrada con llave.
Preocupado, el hombre se acercó a la casilla y desde la pequeña ventana observó un bulto, que parecía el cadáver de una mujer en estado de descomposición, precisaron fuentes policiales. El encargado del camping también indicó que podría tratarse de la propietaria de la casilla y que los acompañantes se habían retirado el viernes anterior, dejando paga la estadía hasta una semana después.
Cuando efectivos de la subcomisaría Medrano llegaron al club corroboraron los dichos del encargado y dieron con el espeluznante hallazgo. El cuerpo yacía en avanzado estado de descomposición sobre un camastro.
Luego los uniformados se comunicaron con familiares de María Victoria Ruiz, a quien apodaban “Tori”, quienes les indicaron que la buscaban desde el 14 de enero pasado y que desde entonces no habían mantenido comunicación con ella. Ese mismo día el encargado del lugar se había comunicado con la familia ya que aseguró que la casilla es propiedad de su padre y los conoce hace muchos años.
Luego la escena se llenó de profesionales del Cuerpo Médico Forense y de peritos de Policía Científica de la Dirección General de Investigaciones. Fue cuando los especialistas hallaron una herramienta con la que el asesino habría ultimado a Ruiz: un martillo que había sido lavado y estaba prolijamente guardado en el interior de la casilla rodante, confiaron a Los Andes fuentes de la investigación. Se cree que con ese elemento recibió golpes en la cabeza que resultaron fatales.
Pero el autor del crimen fue más allá. Cerró con llave la casilla y la arrojó en un contenedor de basura cercano, donde los sabuesos la encontraron.
Todas las sospechas se centraron en el hombre con el que Ruiz se había mostrado paseando de la mano hasta días anteriores al hallazgo de su cuerpo: un sanjuanino de 44 años de apellido Pérez con antecedentes por violencia de género, que comenzó a ser buscado.
Quien ordenó una orden de captura en su contra inicialmente fue el fiscal de Rivadavia-Junín Carlos Giuliani. Luego la causa pasó a manos de su par Valeria Bottini, confiaron a este diario fuentes judiciales.
Desde entonces se libraron allanamientos para tratar de lograr la captura de Pérez en Rodeo de la Cruz, Guaymallén, donde figura su último domicilio. Además rastrean los movimientos en el teléfono celular del sospechoso y estiman que huyó a una provincia vecina.
Por el estado de descomposición del cuerpo y los dichos de testigos, los pesquisas creen que Ruiz fue asesinada seis o siete días antes del hallazgo, es decir, el viernes 26 o sábado 27 de enero último.
