Un mes ha pasado desde que Jesús David Calderón (30) fue asesinado en su departamento céntrico de calle Gutiérrez, en Capital, y los pesquisas han encaminado la investigación. Sin embargo, les resta lo más importante: dar con los autores del hecho. Se trata de dos hombres que vendieron el teléfono de la víctima en San Luis, donde fue recuperado por la Policía.
Durante todo enero la fiscalía de Homicidios trabajó para identificar al agresor de este joven comerciante, que luego del mediodía del 31 diciembre salió de trabajar de una zapatería y se dirigió a su domicilio. Llegando al edificio donde vivía, a la altura del 650, realizó una llamada por WhatsApp con su madre, quien está en España; ese fue el último contacto que tuvo con su familia, que el 2 de enero se enteraría que sus amigos lo habían encontrado golpeado y ahorcado en su propiedad. Estaba atado a una cama y lleno de sangre.
Desde un comienzo se analizó la hipótesis de un crimen con tintes pasionales o por cuestiones personales entre víctima y victimario, más allá del faltante de algunas pertenencias de Calderón en la escena. La pista del robo nunca se descartó, aunque se sabía que no fue un típico asalto o entradera; quienes ultimaron a Jesús eran conocido de él y por eso no forzaron los ingresos ni usaron armas para amenazarlo, sino que aprovecharon la confianza que tenían, lo atacaron y se llevaron objetos de valor.
En este contexto los pesquisas accedieron a declaraciones de los allegados al fallecido, indagaron en su redes sociales y revisaron las cámaras de seguridad de la zona. Así fue como señalaron a dos hombres como los homicidas y comenzaron la búsqueda, que la semana pasada los llevó a San Luis.
Es que el celular de la víctima se activó en la vecina provincia, por lo que los detectives creían que el aparato podía estar en poder de los autores. Efectivos puntanos y mendocinos coordinaron allanamientos en el barrio Padre Mugica, desde donde llegó la señal.
En una de las casas que requisaron dieron con el equipo, y desde allí se llevaron a dos personas aprehendidas. Ambos tuvieron que declarar en la fiscalía de Mendoza mediante videoconferencia y explicaron que les habían vendido el teléfono; incluso aportaron algunos detalles de los vendedores, versión que no los puso como sospechosos.
Tras el hallazgo de este objeto, los sabuesos buscan establecer si los acusados siguen en San Luis o si continuaron viaje y se dirigieron a otro lugar.
El robo como móvil
Inicialmente había trascendido que en el departamento del comerciante faltaban $70.000 y un televisor, pero ante los últimos avances queda claro que también los atacantes se hicieron del celular y de más elementos.
Una vez que se concreten las detenciones, la fiscal Andrea Lazo deberá definir qué les imputa, y una de las posibilidades es un homicidio criminis causa-matar para ocultar otro delito-, lo que les daría una posible prisión perpetua. La hipótesis del robo se afianza cada vez más.