Si bien en la historia del delito provincial no hay rastros concretos sobre la presencia de un sicario –un personaje clásico del cine policial, sobre todo del subgénero “narco”- sí aparecen con cierta frecuencia homicidios en los que el dinero es el móvil que lleva a un “autor intelectual” a pedir ayuda a un “autor material” para terminar con la vida de alguien que le quita el sueño.
En estos casos, el asesino no es un sicario en sentido estricto, es decir, un “profesional” que mata por encargo a cambio de una importante suma de dinero, sino más bien un conocido de quien encarga el asesinato, o bien “un amigo de un amigo”.
Un ejemplo de ello es el caso del prestamista Matías Miralles (33), cuyos presuntos autores intelectuales –un comerciante de Godoy Cruz y un “cuevero” del microcentro- deberán esperar un futuro juicio en la cárcel, ya que la semana pasada se les confirmó la prisión preventiva.
Si bien algunas diferencias entre delincuentes dedicados al narcomenudeo se saldan violentamente, es difícil saber si a los autores de ese crimen se les paga con dinero o droga. Es que la legislación vigente establece que los casos de homicidios son competencia de la Justicia provincial, en tanto que el tema drogas depende la federal. En ambos casos lo que se prioriza es la resolución del caso. Si se llega a descubrir el móvil, mejor. La motivación es un tema de interés periodístico, no judicial.
“El vil metal”, claro, parece ser el disparador de este tipo de crímenes y la figura legal que recae sobre los responsables es homicidio agravado por precio o promesa remuneratoria, delito que tiene como pena la prisión perpetua.
En cuanto a las víctimas, están en primera línea los prestamistas, pero también se han registrado casos relacionados con el narcomenudeo y con femicidios guiados por los celos, pero también por fortunas millonarias.
“En Mendoza no hay sicarios porque el crimen no está tan organizado como en otras ciudades, como Rosario u otros países. Hay homicidios considerados como ajustes de cuentas, en los que el autor es siempre alguien cercano al entorno del autor intelectual”, explicó una fuente policial, advirtiendo que “lo más cercano a un sicario son los casos de asesinatos de prestamistas”.
En los últimos años, en una sola oportunidad los investigadores judiciales y policiales locales han hablado directamente de la presencia de un sicario. Fue el recordado caso de “la Bruja y la Viuda”, acusadas de asesinar al médico León Burela.
Por la precisión del tirador (efectuó tres disparos a corta distancia, el último en la cabeza) se pensó que era un “profesional”. Lo cierto es que en dos años de investigación nunca se logró dar con el asesino. El juicio fue un rotundo fracaso y las dos mujeres fueron absueltas.
Así las cosas, si bien no hay sicarios en Mendoza, al menos a la vista, cada tanto aparece alguien que solicita un crimen por encargo.
El prestamista de la Cuarta y un falso delivery
En la tarde del 9 de junio de 2022 en unos departamentos de Montecaseros al 2850 de Ciudad, dos jóvenes disfrazados como deliveries de Pedidos Ya acribillaron a balazos a uno de los inquilinos, se subieron a una motito y desaparecieron del lugar.
Lo primero que llamó la atención de los investigadores fue la ocupación de la víctima: Matías Oscar Miralles era prestamista. El dato direccionó la investigación realizada por el fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello, quien ordenó la detención de cinco personas.
Para el fiscal, el comerciante Guillermo Sosa (41) le había pedido prestado a Miralles 30.000 dólares y, con la inflación, la deuda se tornó impagable. Así, Miralles llegó la extorsión: le dijo que le iba matar a alguien de la familia.
Entonces el comerciante le habría pedido al “cuevero” Cristian Ideme, conocido en el negocio de la venta de ilegal de dólares como “Gordo Javi”, que le recomendara a alguien para terminar con el asunto. Ideme lo habría contactado con Jorge Herrera (47), alias “Ballena” o “Tiburón”, un “arbolito” que le pasó el “trabajo” a su hijastro, Lucas Segovia (22).
Este joven habría planificado el homicidio que habría sido ejecutado por un menor de edad conocido como “Chongo” (presunto tirador), en tanto que Pablo Gabriel Herrera (20) habría manejado la moto. Todos están detenidos, imputados por homicidio agravado por precio o promesa remuneratoria.
El prestamista de Maipú y la gorra delatora
El prestamista Juan Carlos Frachia (61) fue asesinado el 4 de julio de 2021, en su casa de Ameghino al 400 de Maipú. Su pareja lo encontró sobre la cama y con una herida en la cabeza. Alguien le había disparado en la sien. Al día siguiente murió en un hospital.
El caso tiene dos detenidos: Luis “El Mecánico” Córdoba (45), presunto autor intelectual, y el changarín Gustavo Luis Delgado (24), presunto autor material.
El primero tenía algunos negocios con Frachia y le debía dinero. Para “licuar” la deuda habría contratado a Delgado. El plan era matarlo y dejar indicios para que se pensase en un robo. Pero cometió un error: se olvidó una gorra de la que se extrajo una muestra ADN delator. Según Delgado, Córdoba nunca le habría pagado por el asesinato. El caso ya fue elevado a juicio por la fiscal de Homicidios Claudia Ríos.
¿Un ajuste de cuentas?
Un caso narco. En octubre del año pasado Jésica Yamila Ahumada (28) y Carlos “El Vaca” Olguín (36) fueron detenidos e imputados por homicidio agravado por precio o promesa remuneratoria.
Según la investigación que lidera la fiscal de Homicidios Andrea Lazo, ambos se habrían confabulado para darle muerte a Franco David Agüero Jofré (21), quien fue acribillado a balazos mientras atendía un quiosco en Godoy Cruz, en julio de 2019.
Tres años después, cuando el caso parecía quedar impune, personal de Investigaciones detuvo a los dos sospechosos con la siguiente hipótesis: Jésica tenía muy mala relación con Agüero y por eso habría contratado a “El Vaca” para matarlo a cambio de entregarle un Volkswagen Bora, uno de los vehículos más apreciados en el mundo de los “narcoquiosqueros”.
La empresaria y diferencias comerciales millonarias
El asesinato de la empresaria del Valle de Uco, Norma Carleti, es uno de los casos policiales más recordados de los últimos tiempos. La mujer recibió 55 puñaladas en su casa de Tunuyán en 2018.
Se trata de un caso cerrado: en agosto de año pasado la Corte confirmó las condenas a perpetua para su ex marido Leonardo Hisa –instigador del delito de homicidio agravado por el vínculo por precio o promesa remuneratoria y femicidio-, Kevin Guerrero por el mismo delito, y Juan Carlos Guerrero como partícipe primario con la misma calificación.
Según la acusación firmada por el fiscal Jorge Quiroga, de la fiscalía del Valle de Uco, el brutal crimen tuvo como móvil “los graves conflictos personales y comerciales que existían durante los últimos años del matrimonio y que el tiempo de llegar a un arreglo sobre la división de bienes había finalizado”.
“Mañana me voy a Mendoza, firmo los papeles y de ahí me voy al aeropuerto”, fue el mensaje que la mujer le envió a su ex, antes de ser asesinada.