Parece ser un chiste pero no lo es. En la localidad rionegrina de Coronel Catriel, un hombre circulaba borracho, vio una bicicleta en el interior de una casa y quiso robarla. Hasta ahí todo parece normal.
Sucede que cuando el hombre quiso escapar, un policía que rondaba por el Barrio Santa Cruz lo vio arrastrando el rodado y le dio la voz de alto pero el ladrón se asustó, se subió a la bicicleta y empezó a pedalear con desesperación. Y acá la parte irreal: nunca se percató que la bicicleta era fija.
Según las autoridades, la persona estaba alcoholizada y se inició una causa por violación de la cuarentena pero no por el hurto.