A sus 18 años, salió corriendo al ver aproximarse a dos policías motorizados que recorrían el barrio San Vicente IV, en el distrito Los Corralitos, de Guaymallén. Llevaba un morral cargado con cocaína, fraccionada y lista para ser vendida. Dos amigos, de 23 y 25 años, hicieron lo posible para obstaculizar el trabajo de los policías e intentar, en vano, que lo detuvieran. Pero finalmente, Brian fue esposado y luego trasladado a los calabozos de la comisaría 25.
Eran las 14 de este miércoles, cuando efectivos de la Unidad Motorizada de Acción Rápida (UMAR) que realizaban tareas operativas observaron a un muchacho caminando en actitud sospechosa. Al notar la presencia de los “hombres de negro” a sus espaldas, Brian salió corriendo e intentó ingresar a una vivienda, según confiaron fuentes policiales.
Los uniformados le dieron la voz de alto, pero el joven hizo caso omiso a las indicaciones. Así que, en sus potentes motos, fue en cuestión de segundos que lograron reducirlo.
Rápidamente los efectivos entendieron por qué intentaba escabullirse. Cuando revisaron el morral de color negro que el aprehendido llevaba colgando, descubrieron que tenía 76 envoltorios de papel glasé que contenían un total de 32,7 gramos de cocaína.
En el bolso también había dos cuchillos, dinero en efectivo en billetes de baja denominación y un celular.
Desde el Ministerio de Seguridad y Justicia indicaron que dos amigos del dealer capturado, llamados Enzo y Franco, decidieron salir en ayuda del muchacho “intentando entorpecer el procedimiento”, según explicaron. Por eso también fueron reducidos y trasladados a la dependencia policial.
Ya en la comisaría se constató que sobre Franco pesaba un pedido de captura, por lo que los tres quedaron alojados y disposición de la Justicia.