Este lunes declararon en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa las madres de Blas Cinalli y Máximo Thomsen. Las dos mujeres afirmaron que el hecho les había cambiado la vida y lo calificaron como “pesadilla”.
Mientras Rosalía Zárate hacía su declaración, su hijo Máximo Thomsen se quebró y pidió declarar por primera vez desde que fue detenido en el verano del 2020 en Villa Gesell, donde asesinaron a Fernando Báez Sosa.
María Paula Cinalli, la madre de Blas Cinalli, consideró el crimen del joven estudiante de abogacía como “un desastre” y “una desgracia muy grande”, según la información obtenida por Télam.
”Es un desastre, una desgracia muy grande, no quiero ni pensar lo que habrán pasado los papás de este chico, pero nosotros también lo sentimos y lo sufrimos mucho” dijo María Paula Cinalli, la madre de Blas Cinalli, al declarar esta tarde como testigo ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores, a cargo del debate.
“Nosotros ni bien nos enteramos de todo esto no sabíamos quién era el fallecido, no sabíamos ni siquiera si era mi hijo. Todo esto nos afectó mucho. Fue un hecho desgraciado, una desgracia muy grande. Nos ha afectado mucho, nos sigue afectando, no quiero ni pensar lo que han sufrido los padres de este joven fallecido, no quiero ni pensarlo”, indicó.
Y agregó: “Después, todo lo que se ha creado alrededor, seguimos sufriendo por el show mediático que se ha armado”. Al escuchar estas palabras, a Máximo Thomsen, otro de los acusados, se le cayeron unas lágrimas, mientras que los padres de Fernando, Graciela Sosa y Silvino Báez, se retiraron de la sala.
Luego fue el turno de Rosalía Zárate, la madre de Thomsen, quien en ese momento se quebró. “No puedo más. Esto es una pesadilla”, dijo la mujer, tras lo cual, su hijo pidió declarar y lo hizo durante casi una hora.