Un los últimos días una pelea ocurrida en la salida de una fiesta navideña realizada en Luján fue noticia en los medios locales y nacionales: un joven ingeniero denunció que habría sido atacado por dos jugadores de del Marista Rugby Club; un video y algunas fotos graficaban la violenta trifulca.
Al día siguiente, el joven agredido -Mateo Di Bari (24)- fue al Polo Judicial a ampliar la denuncia en la Fiscalía correccional a cargo de fiscal Tomás Guevara, quien imputó al deportista Fausto Fernández por lesiones leves, la misma imputación que podría recaer a su hermano Telmo, quien tras la trifulca partió a Europa, en un viaje ya programado.
Pero el 26 de diciembre en el mismo momento en que Di Bari ampliaba la denuncia a los hermanos Fernández, éstos también se encontraban en el Polo Judicial denunciando a Di Bari y sus amigos en la Fiscalía de Delitos Contra el Medio Ambiente, Contra los Animales y No Especializados por dos delitos: lesiones y amenazas. Este expediente no tiene imputados por ahora.
Habrá que ver si ambas causas se unen tras la feria judicial y un solo fiscal resuelve este tipo de entuerto que se da en casos que se registran denuncias cruzadas.
La versión de los rugbiers: una denuncia anterior fue “el móvil”
Según los rugbiers el “móvil” de la pelea navideña fue un hecho registrado el 17 de noviembre pasado en las inmediaciones de la plaza Vila, de barrio Dalvian en la que Francisco Dávila Di Bari (19) –primo de Franco, el joven golpeado en Navidad- habría amenazado y le habría hecho un corte con un cuchillo al hermano menor de los Fernández, es decir los denunciados por la trifulca navideña.
Por este hecho el fiscal Gabriel Blanco, de la Fiscalía de Delitos Contra el Medio Ambiente, Contra los Animales y No Especializados imputó a Dávila Di Bari por el delito de “lesiones leves dolosas en concurso real con el delito de amenazas coactivas agravadas por el uso de arma”.
Según la denuncia, los Fernández estaban andando en patineta por la zona de los Cerros, del Dalvian, y el primo de Di Bari, les pasó muy cerca con el auto y cuando fueron a pedirle explicaciones, Dávila Di Bari habría sacado un cuchillo “de cortar el pan” y le habría hecho un corte al menor de los Fernández. Además los habría amenazado a Fausto, diciéndole: “Si te acercás te corto el cuello”.
Ahora bien, el 26 de diciembre mientras Di Bari ampliaba su denuncia en la fiscalía Correccional, los Fernández realizaban una contradenuncia contra Mateo Di Bari que habría ingresado al sistema incluso antes que la del joven ingeniero.
Allí, los jugadores de Marista cuenta una versión diferente. Según los rugbiers, todo comenzó adentro de la fiesta, cuando Mateo, un primo (que no es Francisco Dávila, sino su hermano), y otro chico habrían comenzado a increpar a los Fernández diciéndoles que los iban golpear y también que si no sacaban la denuncia (la que tiene como imputado al primo de Mateo por amenazas y lesiones con el cuchillo) “los vamos a hacer cagar”. La situación se calmó cuando la seguridad de la organización cortó la discusión.
Luego, siempre con la versión de los rugbiers, cuando salieron los habrían estado esperando unos 6 jóvenes y comenzó una pelea entre ambos bando donde resultó lesionado Di Bari (quebradura en la nariz, moretones en todo el cuerpo), pero también Telmo, quien cayó al piso y resultó con un dedo y un ojo lesionado.
Tras la trifulca, los deportistas corrieron hacia el estacionamiento a buscar una camioneta pero sus amigos, por teléfono, les avisaron que no salieran porque los esperaba un grupo de unas veinte personas por lo que terminaron saliendo por los fondos.
La versión de ingeniero lesionado
Según relató la madre de Mateo Di Bari a Los Andes, agresión a su hijo se 25 de diciembre, a las 7, a la salida de una de las fiestas navideñas más promocionadas para Navidad: “Open Air 24″, que se realizó un salón ubicado en Acceso Sur al 6500, de Luján de Cuyo.
Verónica Armani, sostuvo que “Mateo había ido a la fiesta con sus primos y, cerca de las 7, cuando todo había terminado, salió y se quedó esperando en la puerta de ingreso a sus primos que se habían retrasado”.
“Él estaba junto a una baranda, mirando para adentro y de atrás le dicen “que te haces el vago´´ y lo empiezan a golpear. Él queda entre los agresores y la baranda, encerrado hasta que logra escapar y le siguen pegando brutalmente”, indicó la entrevistada.
La mujer explicó que su hijo pudo identificar a algunos de sus agresores porque “los conoce de vista”, ya que tiene amigos en el ámbito del rugby aunque confirmó que “nunca había hablado con ellos”.
Sobre el motivo que desató la brutal agresión la mujer no encontró ninguna lógica: “Me dicen que no es la primera vez que pasa algo así: agreden en patota, son gente violenta”, sentenció.
Si bien afuera, según la denuncia, no hubo un cruce previo entre víctima y victimarios, la madre del ingeniero confirmó que adentro, en la fiesta, sí hubo un intercambio de palabras con los agresores; “no con Mateo”, aclaró. Verónica relató que su hijo ofició de intermediario entre sus amigos y quienes luego lo atacaron.