Desde sus “accidentadas” vacaciones en Cancún, Sandra A. (58) –la mujer que es buscada por la Fiscalía de Violencia de Género porque habría abusado sexualmente de la ex mujer de Cacho Garay (68), junto al humorista, participando en presuntas agresiones sexuales grupales no consentidas durante 3 años- ha comenzado a defenderse, tanto mediática como judicialmente.
Luego de que el lunes pasado Los Andes publicara que su casa de Luján había sido allanada y que se tenía pedido de captura, Sandra A. -actual empleada de la Legislatura y ex reina vendimial por Tunuyán- borró todos los contenidos que tenía en su página de Facebook para evitar que sus fotos fueran reproducidas por los medios de prensa. Pero fue lenta de reflejos: algunos periodistas se adelantaron.
La segunda estrategia defensiva fue judicial: llamó por teléfono a Daniel Romero y Juan Pablo Ildarraz –los mismos abogados que defienden al humorista-, que hoy se presentaron ante el fiscal Violencia de Género Daniel Carniello como sus representantes legales y le dejaron un escrito.
Allí solicitaron el “recupero de libertad”, es decir que una vez que sea imputada, siga en libertad, pagando una caución de $300.000, si es necesario.
En principio, el escrito podría ser desestimado porque tiene algunos errores formales: no tiene la firma de la mujer ni de alguno de sus parientes.
El nombramiento de los abogados permite pensar que Sandra A., se presentará ante el fiscal Carniello el próximo jueves, si se tiene en cuenta que al día siguiente (viernes 16) debería presentarse a trabajar en la Legislatura.
Como fuere, si se presenta, será imputada por abuso sexual con acceso carnal en número indeterminado de hechos cometidos en contexto de violencia de género, en calidad de coautora, tal como figura en el aboque dictado por el fiscal.
Por este mismo delito está imputado –y con prisión domiciliaria- Cacho Garay, aunque el humorista también suma “amenazas agravadas por el uso de arma, privación ilegítima de la libertad agravada por ser cometida contra su cónyuge, tenencia de armas de fuego de uso civil y desobediencia.
Orgías, golpizas y armas
Según se desprende dela investigación, desde 2011 hasta el presente Garay –en diferentes viviendas que la pareja fue habitando- le habría exigido a su ex mantener relaciones sexuales (vaginales y anales) y en algunos casos obligándola a tomar tranquilizantes.
La denunciante sostiene que en el año 2013, en una vivienda de la calle 20 de setiembre de Luján Sandra A., ingresó al dormitorio de la pareja y se habría realizados diversos tocamientos con el humorista y luego la mujer habría realizados tocamientos a la denunciante practicándole luego sexo oral, siempre en contra de su voluntad, mientras Garay tenía sexo con la empleada de la Legislatura. Luego Garay habría abusado sexualmente de su pareja para luego irse de la habitación junto a Sandra.
La situación no terminó ahí ya que Macías, llorando, llamó a su hermana que reside en Córdoba. Entonces la empleada de la Legislatura, entró al cuarto, le quitó el teléfono y lo estalló contra la pared, mientras le habría dicho a Garay: “hay que matar a esta pendeja”.
Seguidamente, la habría tomado de cabello, la tiró al piso y le habría propinado algunas patadas para, por último, tirarle un balde de agua, llevarla a ducha y darle dos tranquilizantes.
Luego se habría producido una situación más violenta. Sandra le dijo a Cacho que la mujer lo iba a meter en un “quilombo” y Garay en respuesta tomó un arma y le habría apuntado a la cabeza diciéndole: “no vas a ningún lado”.
Según la ampliación de la denuncia de Macías, Garay habría filmado esos encuentros sexuales grupales o orgías a pesar de que ella no quería. Esos abusos se habrían producido durante los fines de semana, repetidas veces, desde el año 1011 al 2013. En todos los casos la víctima se negaba pero era amenazada con un arma y obligada a tener sexo, primero con la mujer, y luego con Garay.