El juez federal Federico Villena dictó prisión preventiva a la azafata Daniela Carbone, acusada de hace una amenaza de bomba a un avión de Aerolíneas Argentinas.
En la medida judicial también le suspendieron la matrícula y le prohibieron acercarse al aeropuerto de Ezeiza, al tiempo que le trabaron un embargo por 400 millones de pesos.
Carbone está imputada por los delitos de “coacción agravada”, “intimidación pública” y “entorpecimiento de servicio público”, y en caso de ser hallada culpable de esos delitos, podría recibir una pena de hasta seis años de prisión.
Esta tarde permanecía detenida en el calabozo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) de Ezeiza. Pero se le otorgará el arresto domiciliario y podrá retornar a su casa.
Ayer, Aerolíneas Argentinas tomó la decisión de despedirla “con causa”, luego de ser parte querellante en la causa que el juez Villena le sigue a la extripulante de cabina y dar por confirmada su participación en el episodio que le generó severos perjuicios económicos y reputacionales a la firma.
De acuerdo a las fuentes, hay sobradas pruebas en el expediente derivadas de los peritajes técnicos realizados tanto a las antenas como a los teléfonos celulares, que demuestran que la azafata actuó con total conciencia del daño que estaba infringiendo, tanto a la empresa, como a los pasajeros y a sus propios compañeros.
“Actuó torpemente, no fue un acto de emoción violenta, lo planificó y ejecutó sabiendo perfectamente lo que hacía”, detallaron las fuentes, y de ahí justifican la decisión judicial tomada.
Para la resolución, el juez Villena tuvo en cuenta también que se trata de una persona con 24 años de antigüedad en la empresa que, además, fue instructora de vuelo por más de 14 años, experta en seguridad aérea y que conocía todos y cada uno de los protocolos correspondientes para el caso de amenaza de bomba, porque ella misma capacitó al personal para ese tipo de situaciones.
En cuanto a la decisión de otorgarle la prisión domiciliaria, el magistrado tuvo en cuenta que no representa peligrosidad, que no cuenta con antecedentes y que por los lazos familiares no reviste peligro de fuga, informó Télam.
Al respecto, ya fue realizado el estudio socioambiental en el domicilio donde deberá permanecer detenida con una tobillera electrónica y su hija se ofreció de garante para que cumpla con lo resuelto.
Amenaza de bomba por despecho
El 21 de mayo pasado Carbone hizo una amenaza de bomba al vuelo AR1302 poco antes de que la aeronave despegara hacia Miami, a las 7.35 con 270 pasajeros a bordo, mediante un audio dirigido al comandante del vuelo, a otros tripulantes e incluso a personal de tierra de la compañía.
“Decile al capitancito que le pusimos tres bombas en el Miami. Que se deje de joder con la política y chequee el avión porque van a volar en mil pedazos”, fue el mensaje que, con voz distorsionada, llegó a sus ahora excompañeros, lo que motivó de inmediato el despliegue del protocolo de seguridad por parte de la PSA.
El avión debió demorar por siete horas su partida, los pasajeros fueron desembarcados y recién pudieron concretar el vuelo cuando se determinó que todo no era más que una falsa alarma, pero debido al operativo y la demora, Aerolíneas perdió una cifra de alrededor de un millón de dólares.
Al tomar intervención el juez Villena y el fiscal Sergio Mola, se inició una investigación que estableció, en primer lugar, que la llamada se había realizado desde un celular que pertenecía a la hija de Carbone y a partir de ahí se fueron reuniendo pruebas “irrefutables”, según confiaron fuentes judiciales, que derivaron en la detención de la mujer en el aeropuerto de Ezeiza, cuando retornaban, justamente desde Miami.
Posteriormente, se conoció que la mujer había realizado la llamada despechada porque su expareja, también tripulante de cabina, justo ese día viajaba en el avión a Miami, presumiblemente, junto a la que sería su nueva novia.