A 72 horas del doble homicidio ocurrido en Tunuyán, se entregó el hombre acusado de ser el autor de los disparos que causaron la muerte de Daniel Alejandro Mamaní Sánchez (27) y Héctor José Maldonado Cortez (55). La más joven de las víctimas tenía un vínculo familiar con el atacante, quien se profugó tras la balacera registrada el último martes por la tarde. Finalmente, por consejo de un familiar, ayer pactó la entrega y se puso a disposición de la Justicia.
José Oscar Sáez se encontraba oculto en la casa de un pariente en San Carlos. Esta persona de su entorno guió a los investigadores hasta la morada, luego de convencer al jornalero de viña de que se entregara.
Así fue que ayer efectivos de Investigaciones llegaron a un domicilio ubicado en el cruce de ruta 40 y Coronel Videla, en San Carlos. En esa vivienda estaban “aguantando” a Sáez pero fue un miembro de su entorno el que habló a las fuerzas de seguridad, luego de convencerlo de que tarde o temprano lo encontrarían y tendría que enfrentar las consecuencias por lo sucedido en su propia casa, ubicada en calle Boulogne Sur Mer de Tunuyán, y en presencia de varios testigos.
Por ello se realizó la entrega pactada alrededor de las 8.30 de este viernes. Desde allí, Sáez partió al Cuerpo Médico Forense para ser sometido a distintos estudios de rigor, según lo ordenado por el fiscal Jorge Quiroga, a cargo de la causa. Todo esto antes de ser acusado formalmente.
Sangriento ataque
De acuerdo con la reconstrucción de los hechos, todo comenzó cuando Héctor Maldonado, acompañado de su hijo, se dirigió a la casa de la ex pareja de este último, una joven a quien ambos iban a llevarle leña. Mientras se disponían a descargarla, Sáez hizo su aparición, ofuscado por una presunta amenaza que habría recibido del mayor de los Maldonado.
El ambiente se tornó cada vez más tenso y la discusión se intensificó. Este desafortunado encuentro marcó el inicio de una serie de eventos violentos que nadie esperaba, dejando un saldo doloroso para las familias involucradas y la comunidad en general.
Los investigadores creen que el origen de la disputa se remonta al hecho de que Sáez mantiene una relación de pareja con una tía del muchacho asesinado y de la joven a la que padre e hijo fueron a llevarle leña. La situación ya era tensa desde el principio, y cuando el conflicto se intensificó en la vivienda de la medio hermana de Mamaní, él intentó intervenir para calmar los ánimos.
Momentáneamente, la discusión pareció apaciguarse. Sin embargo, la calma fue efímera ya que Sáez optó por esconderse entre los árboles y matorrales cercanos. Luego desenfundó una pistola calibre 9 milímetros y abrió fuego, en total, 13 veces de acuerdo a la cantidad de vainas servidas que después recogió de la escena personal de Policía Científica.
Trágicamente, seis proyectiles impactaron en el cuerpo de Maldonado, mientras que dos alcanzaron la espalda de Mamaní.
La causa judicial ya tiene el testimonio de varios vecinos que relataron que las detonaciones fueron posteriores a una discusión y que luego Sáez escapó en su moto tipo chopera de 200cc. Además, detallaron que hubo rencillas previas entre ambos involucrados.
Si bien faltan los informes finales de Criminalística, la cantidad de impactos de bala permiten inferir que la mayor saña fue con Maldonado debido a las antiguas diferencias que mantenían.
Otro de los datos a los que tuvo acceso Los Andes es que el presunto homicida escapó de la escena con el arma de fuego y aún no la encontraron. La importancia de hallarla radica en los posteriores peritajes balísticos para cotejarlas con las heridas en las víctimas.
El personal de Investigaciones continuaba ayer realizando varias diligencias en la casa de Sáez y en donde se entregó, pero hasta el momento no la habían encontrado.
Drama familiar
Los investigadores, como los cercanos a Sáez, no salen del asombro por la drástica decisión que habría tomado. El sospechoso no tenía antecedentes penales, por tal razón no estaba relacionado al ambiente policial. De hecho, Sáez es conocido por su trabajo en establecimientos vitivinícolas del Valle de Uco.
En Tunuyán dicen que la familia no puede explicar ni comprender semejante tragedia ya que el jornalero arriesga la pena máxima de prisión perpetua por estos dos crímenes.
En un pueblo chico, donde se conocen todos, no iba a pasar mucho tiempo hasta que la Policía y la Justicia capturaran a Sáez ya que los propios familiares estaban al tanto de la desgracia y no podían inclinarse por uno u otro de los involucrados en este hecho de sangre.
Luego de las revisaciones que le practicaron, Sáez quedó alojado en una comisaría de Tunuyán. Una vez que se lo impute pasará a ser trasladado a un penal de Mendoza, según consideraron fuentes relacionadas con la investigación.