A través de su abogada, la mujer de 39 años que denunció a los jugadores de la selección francesa de rugby Hugo Auradou (20) y Oscar Jegou (21) apeló el sobreseimiento que la Justicia mendocina les otorgó a los deportistas la semana pasada.
El viernes la abogada Natacha Romero presentó la apelación, que pasará a un tribunal superior, fundamentando el pedido en tres puntos claves. Primero, que no hubo consentimiento por parte de su clienta, tal como lo sostuvo la jueza Eleonora Arenas al momento de sobreseer a los extranjeros que durante cinco meses estuvieron imputados por “abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos personas”, arriesgando un condena de entre 8 a 20 años de cárcel.
El segundo punto es que no se valoró el estado de la denunciante en relación al consumo de alcohol y la medicación que había ingerido.
El tercer punto discutido es que -siempre según la querella- no se valoró la participación del segundo deportista que ingresó a la habitación donde la mujer dijo haber sido abusada: se trata de Oscar Jegou.
El 10 de diciembre pasado la jueza Arenas dictó el sobreseimiento de los franceses y desde la Corte de Mendoza informaron que “la decisión de la magistrada se basa en el artículo 353, inciso 2, que indica que el hecho no encuadra en una figura penal, es decir, se da la atipicidad del hecho. En conclusión, el hecho investigado no constituye delito”, informaron desde Prensa de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, agregando que “por el tipo de delito en cuestión, no habrá declaraciones a la prensa”.
Ahora, tras la apelación, el asunto pasará a un Tribunal Penal Colegiado que deberá fijar una audiencia donde las partes la querella ampliará los argumentos esgrimidos por escrito y que Fiscalía de Delitos Contra la Integridad Sexual y la defensa de los franceses fijen sus posiciones al respecto.
Luego de esta audiencia y según su resultado, cualquiera de las tres partes podría casar esta sentencia y llevar el asunto a la Corte Suprema de Mendoza.
Los dos franceses se encuentran actualmente en su país, desde el 3 de septiembre pasado, luego de haber estado 8 días detenidos en Estación Transitoria de Detenidos y Aprehendidos (Es.Tra.DA), ubicada en el Polo Judicial.
Tras recibir el beneficio de la prisión domiciliaria estuvieron recluidos durante casi dos meses en una vivienda ubicada en la Quinta Sección de Ciudad hasta el 12 de agosto, cuando se les dictó la libertad y viajaron a Buenos Aires, desde donde partieron a Francia, el 2 de septiembre cuando el Ministerio Público Fiscal de Mendoza autorizó la salida de país de los dos rugbiers. El sobreseimiento había sido solicitado por Rafael Cúneo Libarona, el abogado porteño que asistió a los extranjeros.
La denuncia que no prosperó
Los presuntos abusos habrían ocurrido en la madrugada del domingo 7 de julio pasado, luego de que el equipo galo, conocido como Les Bleus, le ganara a Los Pumas, en el estadio Malvinas Argentinas.
A modo de festejo los deportistas europeos fueron al bar Beerlin donde integrantes del seleccionado bebieron whisky, vodka, gin y cerveza, hasta pasadas las 2 de la madrugada.
Un grupo más pequeño fue al boliche Wabi, donde también estaba la denunciante con una amiga. Allí Auradou comenzó a charlar con ella y le ofreció beber un trago. La quiso convencer de ir al baño del boliche, pero ella se negó, según la declaración de la mujer.
Cerca de las 5 de la madrugada, el rugbier la invitó al hotel Diplomatic a seguir tomando tragos. Viajaron en Cabify con otro rugbier y una chica mendocina.
Al llegar al hotel los captaron las cámaras de seguridad en los pasillos y el ascensor, donde Auradou y la mujer se besaron y él quiso quitarse la ropa.
Subieron al sexto piso. En la puerta de la habitación 603, el deportista se dio cuenta de que no tenía la tarjeta para abrir. Decidió bajar solo al lobby para pedir una copia. La mujer lo esperó en el pasillo. Cuando regresó Auradou, ingresaron a la habitación.
“Abrió la puerta y solamente había botellas de agua, pero no bebidas. Le pedí ir al baño. Sin mediar palabras me tomó de ambos brazos y me tiró a la cama. Le pedí que me dejara ir a mi casa, se lo decía en inglés, pero me decía que no”, declaró la víctima.
“Me quitó la ropa, me empezó a ahorcar, me pegó cachetadas en la cara y me abusó sexualmente, sin usar preservativo”, denunció la mujer.
Y luego detalló que a los 40 minutos ingresó a la habitación el otro rugbier, compañero de habitación. “Un rubiecito (sería Jegou) quien, al verme, se desnuda, me arrastra, y empieza a abusarme. Yo les pedía por favor que no lo hicieran y que me dejaran ir”, recordó.
En su declaración la denunciante describió que fue violada seis veces a lo largo de la noche. Que la golpearon en la cara y la cabeza, la arrastraron, la obligaron a realizarles sexo oral e intentaron asfixiarla en la habitación del hotel. Los moretones y rasguños quedaron documentados en los estudios forenses después de que la víctima hiciera la denuncia.