El comisario de la Policía de Río Negro que publicó un video con un Falcon verde, la marcha militar de fondo y la leyenda “que se agarren los chorros” tras la victoria del presidente Javier Milei, deberá pedir disculpas y realizará tareas comunitarias.
Según informó el portal del diario de Río Negro, Daniel Eduardo González acordó cumplir pautas de conducta para evitar el juicio por apología del delito. Dicho acuerdo fue propuesto por el abogado defensor del acusado que, cuando posteó el polémico video en su perfil de WhatsApp, trabajaba en una seccional de San Antonio Oeste.
Tras una solicitud presentada por el secretario de Derechos Humanos provincial, Roberto Ferrero, se agregó el pedido de disculpas que González tendrá que hacer al terminar el plazo de un año, luego de las pautas de conducta, y por el mismo medio que posteó el Falcon.
El 2 de julio pasado, el hombre había sido imputado por supuesta apología del delito en una audiencia de formulación de cargos en la que el juez Favio Corvalán instruyó no revelar la identidad del acusado, pero en la nueva audiencia de hoy realizada por Zoom no hubo pedidos en ese sentido.
En este marco, el magistrado dio lugar a las normas de comportamiento ofrecidas por el defensor Santiago Güenumil y que aceptaron tanto la querella como la fiscalía, las cuales incluyen el pago de 50.000 pesos a modo de “reparación del daño” a la secretaría de Derechos Humanos; la realización de un curso de 30 horas ofrecido por el mismo organismo vinculado a los derechos humanos; y 50 horas de trabajo comunitario en un comedor de una iglesia evangélica.
El secretario de Derechos Humanos valoró la “buena intención” del comisario en “reparar el daño ocasionado” y afirmó que el pedido de disculpas llegaría a todas las miles de personas que se sintieron afectados cuando vieron ese posteo.
Sin embargo, la fiscal Yanina Estela recalcó que el ilícito no tendría una pena efectiva, la cual tiene un año de prisión, según establece el Código Penal, ya que el comisario no presenta antecedentes penales. En esta línea, estimó que el pedido de disculpas debía ser “voluntario” y no parte del propio acuerdo.