Un largo historial delictivo tiene Franco Ábrego (26) -más conocido como “Cara cortada”- quien se entregó a la justicia sabiendo que era buscado por la Policía por ser sospechoso del asesinato de Lucas Nahuel Ampuero (25), cuyo cuerpo fue encontrado, el viernes -desmembrado y quemado- en un descampado en un asentamiento del Oeste de Godoy Cruz.
Abrego se encuentra a disposición de la fiscal de Homicidios Andrea Lazo, quien también ha librado un pedido de búsqueda para la madre del sospechoso. Los investigadores no descartan que Ampuero haya sido asesinado en una vivienda ubicada en el barrio Razquin y, tras ser desmembrado fue enterrado por distintas partes del piedemonte de Godoy Cruz.
Según una fuente consultada el detenido se habría declarado inocente y por eso decidió entregarse. Ahora se espera ver qué decisión toma la fiscal Lazo.
“Es un tipo frío. De hablar pausado. Es muy respetado en el ambiente delictivo. Todos le tienen miedo y nadie se mete con él. Se dice que ni el Camel –el jefe de la barra de la Lepra Omar Jofré, asesinado a la salida de un boliche en 2019- se metía con él. También se dice que es un gran tirador. Últimamente se decía que era empleado municipal”, explicó una fuente consultada, que conoce al sospechoso.
En 2012 –con solo 17 años- “Caracortada” tuvo sus primeros “15 minutos de fama”: una cicatriz en la cara, que lo perseguirá de por vida, aun luego de que una cirugía plástica se la borrara, le adjudicó el cinematográfico apodo de “Cara Cortada”. En noviembre de ese año un “presunto” policía publicó una foto suya en Facebook. En la imagen aparecía junto a unos amigos, la mayoría menores luciendo sus armas de grueso calibre.
Ese mismo mes la Policía intentó allanar una casilla ubicada en el barrio Campo Papa, donde vivía junto a su mujer, una chica de 17años y su bebé. Era buscado por los asesinatos de los hermanos Marcelo (19) y Daniel Pavés (30), ocurrido el 24 de noviembre en el barrio San Vicente.
Además, se sospechaba que podría haber participado en otros 3 homicidios, todos vinculados al enfrentamiento entre bandas narco en el Gran Mendoza. Dos de esas presuntas víctimas fueron identificadas como Jorge Mondoví (37), muerto a tiros en el barrio Susso de Godoy Cruz, y Rubén Cáceres (33), cuyo cuerpo, al mejor estilo mafioso, había sido quemado y seccionado para introducirlo en dos bolsas de consorcio y fue encontrado semienterrado en la Olla, conocida zona del interior del barrio Campo Papa.
Una versión indicó que el allanamiento realizado en el Campo Papa se frustró porque una lluvia de balas obligó a los policías a retroceder, incluso un policía fue herido, aunque también se dijo que ese uniformado había sido herido de forma involuntaria por otro integrante de la fuerza.
Debajo de la cama, con armas y droga
Lo cierto es que días después se volvió a irrumpir en el barrio Papa y la pareja del joven les dejó entrar. “Cara Cortada” estaba debajo de la cama. Tenía una pistola 9 milímetros y una Colt 11.25, 60 balas, 150 gramos de cocaína y 13 de marihuana.
Ese mismo día, en otro de los más de 10 allanamientos realizados se detuvo a “Arielito”, un chico de 16 años que por esos días solía acompañarla. En su poder se encontró una réplica de ametralladora AK 47, una pistola 112.25 y un revolver 22.
Condenado pero sin pena por ser menor
En agosto de 2015 un Tribunal de Menores encontró penalmente responsables a los sospechosos por el doble homicidio de los hermanos Pavés y prorrogó para dentro de seis meses la aplicación de una pena. En la oportunidad se los señaló como uno de “los Angelitos de Jaqui” (en relación a la narco Sandra Jaquelina Vargas, detenida en ese momento en el penal de El Borbollón y luego condenada por tráfico de droga y lavado de dinero).
Entre el doble homicidio y el juicio “Caracortada” saltó a los medios tras escaparse del ex Cose (en 2013) y, luego (en 2014) cuando se le realizó -ya detenido- una cirugía estética (a cargo del Estado) para repararle el corte que tenía en la cara y que le valió su apodo.
Pero en junio de 2016 lideró una levantamiento en el ex Cose donde se le adjudicó una tentativa de homicidio a uno de los operadores del lugar. Por ese hecho fue condenado en 3 años y 10 meses de cárcel que cumplió, ya siendo mayor en el penal de Almafuerte, desde donde fue liberado en abril de 2020.
Una acusación sin pruebas
El 26 de abril de 2020 falleció en el hospital Central Oscar Gordillo (18), luego de permanecer internado desde el 19 de abril, cuando fue baleado en el sector de barrio Campo Papa conocido como “La Isla”. Allí, Gordillo fue sorprendido por dos individuos, uno de los cuales le disparó 7 veces.
La víctima fue trasladada al hospital Central y los médicos lo asistieron por tres heridas de bala en el abdomen, dos en el pecho, una en el antebrazo izquierdo y una en el codo derecho.
Según la policía, mientras era llevado en la ambulancia habría mencionado a sus agresores, siendo uno de ellos un delincuente conocido como “cara cortada”, es Franco Ábrego.
El fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello lo imputó por homicidio agravado por el uso de arma de fuego, sin embargo, declaraciones recabadas indican que no habría tenido participación en el crimen de Gordillo, quien era su primo.
Aparentemente, Gordillo participó de un robo en perjuicio de “dos pesos pesados” de la zona, y como venganza lo mataron. Por eso, el abogado de “Cara Cortada” –Sergio Carreño- solicitó el cese de la prisión preventiva, medida a la que adhirió Pirrello.
La jueza Érica Sánchez no se opuso, pero lo condenó a 6 meses por el artículo 205 del Código Penal, que tiene que ver con el incumplimiento de las medidas impuestas por la pandemia. En noviembre de 2020 quedó en libertad. Hasta hoy que se entregó tras ser buscado por la muerte de Ampuero.