Marcos Herrero, el polémico especialista en búsqueda de personas y rastreros de perros de Río Negro, llegó a Mendoza en calidad de detenido y en las próximas horas será imputado por haber manipulado evidencias relacionadas a la investigación de la desaparición de Viviana Luna, una mujer desaparecida hace 5 años en Potrerillos.
Si bien los perros que utiliza Herrero no están certificados por la Dirección Nacional de Cinotecnia del Ministerio de Seguridad de la Nación, el hombre es conocido a nivel nacional porque ha participado en la búsqueda de personas cuyas desapariciones ha sido mediáticas, como Facundo Astudillo, Santiago Maldonado y Marcela López.
Por estas horas, el fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello y su jefe, el fiscal Fernando Guzzo, están ultimando detalles sobre los delitos por los cuales sería imputado. El listado podría incluir falsa denuncia, falso testimonio, encubrimiento agravado y estafa (porque se habría quedado con los 150 mil pesos que le pagaron los hijos de Luna mediante un engaño).
Herrero fue detenido el viernes pasado en Viedma a pedido de la justicia de Mendoza por una investigación que lleva adelante el Ministerio Público Fiscal contra el rionegrino, quien pasó el fin de semana detenido en una comisaría de su ciudad.
Esta mañana la comisión de la Policía de Mendoza que participó de la detención llegó a Mendoza escoltando al detenido.
La Fiscalía de Homicidios sostiene que Herrero habría habría manipulado evidencia falsa. Actualmente el Laboratorio de Huellas Genéticas de Mendoza se encuentra analizando restos óseos que Herrera aportó a la justicia de Santa Cruz, cuando buscaba a Marcela López. Si esta comparación resulta “positiva”, la situación procesal del adiestrador podría verse muy comprometida.
Los rastreos que hizo en Mendoza
Herrero llegó a Mendoza contratado por los familiares de Viviana Luna y luego también fue contratado para que buscara a Abigaíl Carniel (18) desaparecida en Las Heras en abril pasado (ver video).
El 29 de setiembre pasado Herrero y sus perros, en un hotel abandonado ubicado en la calle Los Cóndores, a metros del último lugar donde vieron con vida a Viviana, el perito y sus canes encontraron - en solo media hora- parte de un cráneo quemado. Además apareció parte de un monedero y unos papeles donde se señalaba a personas reconocidas en distintos ámbitos de Mendoza y se hablaba de un presunto caso de trata de personas.
Ante la presencia de estos restos los presentes dieron aviso al 911 y el lugar se llenó de policías, peritos de Científica y antropólogos. Se preservó todo el material y se lo retiró para ser analizado. Pero el material fue previamente manipulado por el adiestrador.
El 15 de octubre pasado, el MFP informó que sobre “los restos óseos hallados en Potrerillos tras tareas con perros entrenados y que fueran realizadas por el señor Marcos Herrero -un rionegrino contratado por la familia de Luna especializado en la búsqueda de personas y rastreos con perros- a pedido de la familia de Viviana Luna”, se informa que, “de las 12 extracciones practicadas por el Laboratorio de Huellas Genéticas, la totalidad de ellas arrojan como resultado que el cráneo encontrado pertenece al de un varón”.
Días antes, desde la Jefatura de la UFI de Homicidios y Violencia Institucional, habían detallado que Marcos Herrero admitió haber manipulado evidencia en la escena, sin esperar la presencia policial ni contar con autorización judicial. En declaración testimonial fundamentó dicha manipulación diciendo que ni él ni la familia de Viviana Luna confiaban en la Policía.
Cinco años sin Viviana Luna
En la mañana del 7 de diciembre de 2016, uno de los hijos de Viviana la llevó en auto a un complejo de cabañas donde la mujer tenía una entrevista de trabajo en Potrerillos.
El dueño de las cabañas declararía luego que, efectivamente, la entrevista se realizó y la mujer se marchó de lugar minutos más tarde.
Su hijo se había ofrecido a esperarla, pero ella le indicó que iba a ir a Piedras Blancas (paraje ubicado a varios kilómetros al oeste de Potrerillos) donde se iba a reunir con una amiga. La última vez que la vieron estaba ingresando a un quiosco de la zona. Después, nadie más la vio; nunca llegó a la casa de su amiga.
Días después de la denuncia de la desaparición, la fiscal Claudia Ríos dispuso una importante serie de rastrillajes por la villa y por otros lugares cercanos, con la participación de caballería, canes e inclusive el sobrevuelo de un helicóptero de la fuerza policial.
Según declaró una de sus hijas, su madre estaba de novia con un hombre llamado Cristian en lo que calificó como una relación “normal”.
Esta persona también fue convocada por la fiscal de Homicidios, Claudia Ríos. El hombre reconoció la relación y no pudo aportar más datos sobre los últimos momentos.
Además de las intensas búsquedas, la Fiscalía de Homicidios siguió una pista que indicaba que en el Valle de Uco había una persona con las características de Viviana.
También se investigaron varios teléfonos celulares y, un dato no menor, se peritó la computadora de la mujer y allí se encontraron tres cartas dirigidas a sus hijos. Este material de índole privado fue entregado por la fiscal a quienes estaban dirigidas. La causa por averiguación paradero sigue abierta.