La Justicia resolverá la próxima semana si el humorista Juan Antonio “Cacho” Garay (68) debe permanecer en la cárcel o bien seguir con prisión domiciliaria como se encuentra actualmente, tras ser imputado por una batería de delitos en contexto de violencia de género, luego de ser denunciado por su ex pareja, la cantante soprano Verónica “Bamby” Macías (36).
El martes próximo, a las 12, la jueza Alejandra Mauricio, del Juzgado Penal Colegiado Nº 1, realizará una audiencia donde se resolverá el pedido de prisión solicitado por los abogados de la denunciante, Cristian Vaira Leyton y Agustín Magdalena.
El disparador de la solicitud de los querellantes fue que Garay rompió la prohibición de acercamiento que le habida dictado el fiscal de Violencia de Género Daniel Carniello.
De esta audiencia participarán Carniello, los abogados de Macías y los de Garay, Daniel Romero y Juan Pablo Ildarraz –los mismos letrados quese presentaron para defender a la presunta complice de humorista, Sandra A. (58)-actual empleada de la Legislatura y ex reina vendimial por Tunuyán- que se encuentra en Cancún y que a su regreso podría ser imputada por abuso sexual con acceso carnal en número indeterminado de hechos cometidos en contexto de violencia de género, en calidad de coautora, tal como figura en el aboque dictado por el fiscal.
Una llamada improcedente
El humorista se encuentra con prisión domiciliaria –vive con su hermana en Coquimbito, Maipú- y se encuentra imputado por los delitos “amenazas agravas por el uso de arma, abuso sexual con acceso carnal en un número indeterminado de hechos, privación ilegítima de la libertad agravada por ser cometida contra su cónyuge y tenencia de armas de fuego de uso civil” y ahora también por “desobediencia”, tras quebrantar la prohibición de acercamiento de forma “virtual.
Desde ese lugar, el hombre realizó cerca del 25 de mayo una llamada a Macías, quien reside en Luján, en la casa donde residía el matrimonio, algo que no está permitido, ya que las prohibiciones de acercamiento no solo impiden el contacto personal sino también las llamadas por teléfono y los contactos a través de las redes sociales.
En el llamado, Garay no dice nada, sólo se escuchan ruidos, pero para los abogados de la mujer se trató de una situación amenazante por lo que solicitaron que vuelva a ser detenido.
El 12 de abril Cacho Garay fue detenido luego de ser denunciado por violencia de género y en ese momento se le secuestraron 4 armas de fuego, lo que le valió una imputación por amenzas y tenencia de armas. Tras pagar una fianza de $1.000.000, quedó en libertad.
El 21 de abril el juez Juan Manuel Pina le dictó la prisión preventiva, al tiempo que el fiscal Carniello le ampliaba a imputación por abuso amenazas agravas por el uso de arma, abuso sexual con acceso carnal en un número indeterminado de hechos, privación ilegítima de la libertad agravada y siguió con prisión domiciliaria.