Más de 200 allanamientos en “quioscos” de drogas ha realizado la Policía mendocina en los primeros meses del año, lo que representa más de la mitad en comparación a todo el año pasado, cuando se ejecutaron poco más de 400 medidas judiciales de este tipo. En los procedimientos los sabuesos notan una tendencia: en el narcomenudeo se están dedicando a vender principalmente cocaína, ya que proliferan las plantaciones de marihuana y cada consumidor recurre a las flores de sus plantas.
Hasta el pasado jueves, los efectivos de la Policía Contra el Narcotráfico (PCN) llevan realizados 223 allanamientos en puntos sindicados en Infracción a la Ley 23.737, es decir, en los llamados “quioscos” de drogas. En ellos han logrado secuestrar 10 kilos y 742 gramos de cocaína, 25 kilos y 746 gramos de marihuana, 1.128 plantas de Cannabis y 310 dosis de las llamadas drogas de diseño, de acuerdo a las estadísticas del Ministerio de Seguridad y Justicia de la provincia.
El número de operativos con resultado positivo se ha incrementado notablemente este último año en comparación a períodos anteriores. En el año 2020 se realizaron 390 allanamientos y en 2021 fueron 440. En el año 2022 se ejecutaron 423 de estas medidas positivas y el año pasado fueron 403. Es decir que, sólo en lo que va del año, ya se concretó la mitad de medidas judiciales positivas que en 2023, lo que hace prever que el 2024 terminará con una cantidad muy superior.
“A nivel operativo, es mucho más que el año pasado. Nosotros no medimos en el secuestro sino en la operatividad. Por ejemplo, en un año normal la Jefatura tiene un piso de 400 medidas judiciales y un techo aproximado de 500. Y al 2 de mayo de 2024 ya llevamos 223, es decir, todavía no hemos cruzado la mitad del año y prácticamente estamos arriba de la mitad de un año bueno con 500 medidas”, apunta el jefe de la PCN, Flavio Moreno, en diálogo con Los Andes.
Y anticipa: “Si seguimos con esta línea y a este ritmo, entendemos que podemos llegar a superar la barrera de los 500 operativos, algo que en casi ningún año se ha superado”.
El auge de la cocaína
El Consejo Federal de Seguridad Interior, que se reunió en marzo pasado, concluyó que “las bandas hoy trabajan con más adaptabilidad y con mucha más logística”.
Los especialistas advirtieron que hay un aumento del narcotráfico y que “nunca antes se produjo tanta cocaína como ahora”. Bolivia tiene 25.000 hectáreas cultivadas de cocaína y Colombia, 250.000 hectáreas. Esa droga luego se distribuye a distintas partes del mundo, incluida Argentina. Según el Consejo, en 2023 ingresaron al país 7 millones de kilos de cocaína y en años anteriores cayó la incautación.
Mendoza no es ajena a la tendencia mundial y nacional y ello se ve en los allanamientos de los últimos años, en los que se marca una merma en la incautación de marihuana. Los “quiosquitos” se están dedicando casi exclusivamente a vender cocaína fraccionada en pequeñas dosis conocidas como “ravioles”.
“Con drogas de diseño no hemos tenido grandes procedimientos, no lo hemos detectado. Las drogas que más detectamos son marihuana y cocaína. Las de diseño se mueven en otro circuito, para un poder adquisitivo elevado”, detalla Moreno, el comisario y licenciado a cargo de la Jefatura de Lucha contra el Narcotráfico.
Los “quioscos” han centrado su oferta en la cocaína. La proliferación de plantaciones de Cannabis en los hogares o en los patios de los vendedores, algunos incluso habilitados a cultivar con carnet de Reprocann (cannabicultores registrados), limita los secuestros de esa sustancia en dosis para la venta. “Venden directamente la flor en frascos o en cigarrillo, o las flores en picadura en bolsita. Eso ha llevado a que, por ejemplo, los quioscos que estamos allanando ya desde hace un año sean casi todos de cocaína”, apunta Moreno.
Y diferencia: “Hace dos o tres años, secuestrábamos un montón de envoltorios: 1.000 o 2.000 envoltorios con picadura de marihuana y hace mucho que eso no se ve, porque prácticamente están consumiendo de la planta. No así la cocaína, que cada vez encontramos en quioscos más grandes”.
El mercado cambió en ese sentido e incluso fuerzas nacionales, como Gendarmería y la Policía Federal, también están secuestrando plantas o frascos con flores. Es una tendencia marcada, aunque ello no implique que no ingresen “ladrillos” con picadura de marihuana al país.
El fin de los grandes narcos
La cantidad de detenidos en los allanamientos por drogas es variable. En lo que va del año, 168 personas fueron arrestadas en esos operativos por violar la Ley de Estupefacientes. “Muchas veces, de un allanamiento salen tres o cuatro detenidos y otras veces de una medida sale uno solo. Eso varía en relación a la medida judicial. A veces la Justicia Federal dispone la detención de toda una familia o de todos los mayores que estén en ese momento, y otras, únicamente al que se vio vender ese día”, aclara el comisario.
Pero las crónicas policiales de los diarios ya no cuentan las detenciones de grandes jefes narcos, como hasta hace unos años. “Si vamos al contexto histórico nuestro, asomó la cabeza “El Rengo” Aguilera y terminó preso, asomaron la cabeza los hermanos y terminaron muertos o presos. “El Gato” Araya, “La Jaqui” y “Fido” Díaz terminaron presos. Asomó la cabeza “El Camel” y lo mataron”, repasa el experimentado uniformado, quien integra la PCN desde su creación.
Pero advierte sobre otro problema: la llegada a escena de nuevos actores en el mundillo del narcotráfico local. “Cada tanto nos van surgiendo nuevos inconvenientes porque ellos crecen. Por ejemplo, ahora hubo un herido de arma de fuego en el barrio Santa Teresita por un enfrentamiento entre Los Jamaica con Los Canavis. Estos pibes que ahora se están enfrentado eran niños hasta hace poco, el tema es que crecieron”, advierte Moreno.
Y concluye: “Los otros están todos presos o muertos, pero las generaciones empiezan a crecer y empezamos de nuevo con los líos, aunque no tenemos grandes narcos. El último grande que cayó y fue condenado fue “Fido” Díaz, a quien le secuestramos casi media tonelada de marihuana en 2020. Además, terminó cayendo preso por la desaparición de Abigail Carniel”.
Demanda en barrios bravos del Gran Mendoza
Los operativos de la PCN desplegados por toda la provincia en los primeros meses del año han permitido el decomiso de 42.412.120 pesos argentinos y 10.000 dólares, además del secuestro de 10 vehículos y 20 armas de fuego.
Estos procedimientos se dan, en su mayoría, en el Gran Mendoza, donde se concentra la mayor cantidad de “quioscos” de narcóticos. “La problemática grande la tenemos concentrada en el Gran Mendoza pero por una cuestión poblacional. Si sacamos a ojos cerrados una estadística de cuántos allanamientos hemos hecho en la historia, seguramente está a la cabeza Guaymallén, pero porque tiene 400.000 habitantes. Esto es un comercio: donde hay más gente se vende más”, sentencia el comisario consultado.
En el conglomerado urbano, la venta de sustancias se concentra en los barrios más conflictivos. Improvisando un mapeo de esas zonas “calientes”, Moreno detalla: “En Godoy Cruz tenemos el Campo Papa, el Parque Sur y La Gloria. En Capital, el Olivares, San Martín y La Favorita. En Las Heras, el 26 de Enero, Santa Teresita, Belgrano. En Guaymallén, el Pedro Molina, Lihué, en Los Corralitos, Puente de Hierro, los barrios Grilli y los barrios Evelyn. En Maipú, el barrio 25 de Mayo y en Luján todos los asentamientos que están sobre el Acceso Sur”. El narcotráfico también ha encontrado tierra fértil en la llamada Triple Frontera, que comparten Godoy Cruz, Maipú y Luján.
“Donde haya más gente va a haber más venta de drogas. El personal en el Gran Mendoza hace unos 10 quioscos por semana y en Valle de Uco, San Martín y zona Sur hacen uno o dos”, marca la drástica diferencia y concluye Moreno.