Un operativo policial por una denuncia sobre trata derivó en un hecho indignante y que causó conmoción incluso entre los propios policías que participaron. El dato había llegado a los investigadores de la UFI Nº9 de Morón, Buenos Aires, a cargo de Ernesto Ezequiel Lovillo, en noviembre pasado e indicaba que en una propiedad varias mujeres eran obligadas a prostituirse.
Tras una serie de tareas de inteligencia y con el aval de un Juzgado se hizo un allanamiento en el lugar. Efectivamente, hallaron a cuatro víctimas de trata de personas pero no fue todo. Los policías escucharon gritos y llantos que provenían desde la terraza.
Allí, en un galpón a oscuras y cerrado por fuera con candado, se encontraron con el peor escenario: tres niños de 4, 5, y 6 años en total estado de abandono y hacinamiento, incluso había comida podrida que provocaba un olor nauseabundo, detalla La Voz.
El calvario de los pequeños
De tanto estar encerrados en oscuridad, los chicos se mostraron temerosos cuando se abrió la puerta y también reacios a la luz solar. Es que el lugar donde habían sido abandonados no tenía ventanas ni luz artificial. “Creemos que llevaban un tiempo prolongado en ese lugar. Fue tan impactante que algunos agentes como testigos se pusieron a llorar”, explicaron fuentes judiciales a Infobae.
Inmediatamente, se dio intervención al Servicio Zonal de Promoción y Protección de Derechos del Niño de Morón, quienes alojaron a los menores en un hogar. Lo cierto es que los chicos era los hijos de la mujer que fue detenida durante el allanamiento: se trata de la regenteadora y captadora de víctimas, según detallaron las fuentes del caso a ese medio.
No fue el único arresto del día. También cayó junto a ella su pareja, de 33 años, quien hacía de seguridad en el lugar.
¿Cómo captaban a las víctimas?
Según la investigación, la pareja detenida ponía anuncios laborales en las redes sociales: prometía salarios altos en puestos para atención al público en cafeterías. Sin embargo, todo era un engaño.
“Cuando las candidatas llegaban al lugar, les decían que ese puesto se había caído, pero que momentáneamente existía otro trabajo: ofrecer servicios sexuales por una paga semanal, un sueldo que muchas veces no era percibido”, ampliaron los informantes y contaron que las candidatas que caían en la trampa “debían pasar una prueba teniendo sexo con los ahora detenidos”.