Corría la noche del Viernes Santo y la tranquilidad reinaba en gran parte del país, en el marco de las festividades religiosas pero también debido a las precauciones por el aumento de casos de coronavirus.
Sin embargo, los vecinos de un taller en la localidad bonaerense de San Nicolás se alarmaron al escuchar gritos provenientes del interior de un galpón destinado a la reparación de chapería y realización de trabajos de pintura para automóviles.
La curiosidad y la sorpresa se apoderaron del barrio ya que dicho establecimiento se encontraba cerrado y no había ningún operario trabajando a esa hora. Por este motivo, dieron aviso a la policía y a los bomberos debido a que los desesperados alaridos provenían del interior de una chimenea que tenía salida al techo del taller y llegaba a un sector específico del edificio.
La sorpresa de todos fue cuando descubrieron que la emergencia se debió porque un delincuente había querido entrar a robar al lugar y, al ingresar por la chimenea, se trabó en su parte final con un motor –una suerte de extractor- y no podía salir.
“El viernes a las 21 me llaman los vecinos diciendo que había alguien dentro de la chimenea que gritaba pidiendo auxilio, que se estaba ahogando, asfixiando y que tenía miedo de morirse”, detalló Carlos, encargado del taller, a TN.
“Resulta que hay un pasillo donde queda acopiada la chatarra. Él se metió por ahí y quiso entrar luego al taller. Pero es imposible entrar a través de la chimenea, porque tiene motor”, remarcó.
El delincuente había roto la chimenea pero no se percató de que estaba siendo filmado: “Nosotros tenemos cámaras por todos lados. No sabemos si estaba con un cómplice, el lunes lo sabremos”, detalló.
El ladrón fue rescatado y luego conducido a una comisaría, donde quedó a disposición de la Justicia.