Lucas Filardi, uno de los amigos de Fernando Báez Sosa que se encontraba con él la madrugada del crimen en Villa Gesell, declaró hoy que los rugbiers acusados de asesinarlo le dieron “primeramente piñas” y luego de que cayó al piso lo siguieron golpeando con “patadas en el pecho y en la cabeza”.
”Había cuatro o cinco personas pegándole. Fue un instante que vino gente gritando y le pegaron, y se cae el piso. No hubo acto de defensa, fueron piñas. Eran seis, siete. Había tres o cuatro pegándole a Ferni, y un par evitando que nos acerquemos nosotros”, aseguró el joven en la segunda audiencia del juicio que se lleva adelante ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores.
“Sé que Thomsen le pegó, yo diría que en el pecho; el que me sacó a mí (por Luciano Pertossi) es el que estaba pegando patadas en el costado de la cabeza y el resto de los agresores no lo recuerdo”, dijo el amigo de la víctima, quien luego añadió que esos dos rugbiers eran del grupo de “cinco o seis” que golpeaban a Fernando, detalla Télam.
Filardi es uno de los 10 amigos de la víctima convocados para declarar durante esta jornada ante los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari, a cargo del debate oral que se les sigue a ocho rugbiers por el crimen del estudiante de abogacía y las lesiones provocadas a varios de sus amigos en el mismo episodio.
El testigo sostuvo que la primera trompada “fue dirigida a Fer”, y que ésta fue “firme y muy fuerte a la cara, como para desestabilizarlo, repentina”.
“Yo estaba enfrente de Fer y la primera piña podría haber sido a mí si hubiera sido general, pero fue dirigida a Fernando”, recordó.
Un video exhibido en el juicio complica aún más a los rugbiers
Previo a la exhibición de un video- el primero de cuatro-, que fue grabado con un celular segundos después del ataque, el abogado Fernando Burlando les consultó a María Graciela Sosa y Silvino Báez, padres de Fernando, si preferían retirarse de la sala, aunque eligieron quedarse.
Tras ello, al reproducirse las imágenes, Filardi aseguró que “Fer no estaba mirando o esperando una piña, estaba mirando para abajo”.
Por pedido de Burlando, quien asiste como particulares damnificados a los padres de la víctima, el testigo representó corporalmente en la audiencia los golpes que un agresor “alto”, le dio a la víctima, y aseguró que él también fue atacado cuando trató de intervenir “para que paren” y cayó “encima del capot” de un auto.
Tras un cuarto intermedio, el TOC 1 tiene previsto escuchar a los otros amigos de Fernando que también fueron golpeados por los rugbiers, Ignacio Vaudagna, Juan Manuel Pereyra Rozas, Juan Bautista Besuzzo, Lucas Begide y Tomás Agustín D’Alessandro.
“No le deseo a nadie ver lo que yo vi en el cuerpo de Fer”, dijo el padre de la novia de Báez Sosa
El primer testigo de la jornada de hoy fue Oscar Rossi, papá de Julieta Rossi, novia de Fernando, quien recordó cuando su hija le avisó lo que había ocurrido y vio el cuerpo del joven en la morgue.
“Les juro que no le deseo a nadie ver lo que yo vi en el cuerpo de Fer. Ni al peor animal en el medio del campo. A ningún papá le deseo ver a Fernando acostado y esperando que lo ingresen a un cajón”, expresó ante los jueces, al tiempo que aseguró que su hija “no está preparada para enfrentar el debate” y “todo lo que vivió”.
Rossi describió a Fernando como “una persona excelente, un ser humano extraordinario, más que compañero, más que amigo, brindado a todo”, al igual que su grupo de amigos y contó que tras su asesinato su hija “permaneció un año sin salir de su habitación” debido a las secuelas emocionales que padeció.
El testimonio del padre de Julieta fue escuchado por los padres de la víctima quienes en todo momento quisieron permanecer en la sala de audiencias de los tribunales de Dolores.
También, al igual que ayer, están presentes en el recinto los ocho imputados: Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23), todos acusados por el “homicidio calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas” del estudiante de abogacía y “lesiones leves” en el caso de sus amigos golpeados en el mismo episodio.