La impactante causa judicial que investiga la presunta comisión de estafas y fraude por una cifra cercana a los 800.000 dólares, y que tiene a 5 personas imputadas -entre ellas, 3 hermanos mendocinos- se sigue moviendo en la Justicia de Mendoza. Y es que durante la tarde del lunes, luego de una audiencia de control jurisdiccional, el fiscal de Delitos Económicos Hernán Ríos solicitó la prisión preventiva para los imputados.
Se trata de los hermanos mendocinos Giovanni, Genaro y Gitan Caroglio, además de Ignacio Manduca y Hans Breuer, todos imputados como autores y coautores de reiteradas estafas. Por medio de promesas de ganancias exorbitantes en un fondo de inversión -por fuera del mercado oficial regulado- y promesas de lotes virtuales en el “metaverso” (NFT), los 5 imputados están siendo investigados por estafar a -al menos- 30 personas. La cifra del fraude alcanza los 800.000 dólares.
Al haberse tratado de una audiencia multipropósito y considerar Ríos que estaba en condiciones de formalizar el pedido, el fiscal lo hizo este lunes. Sin embargo, el juez aún no determina si hace lugar al pedido o no. Y es que el abogado defensor de los imputados ha solicitado la palabra para hacer su exposición. Por ello mismo es que se aguarda que mañana, miércoles 26 de julio, se reanude la audiencia tras un cuarto intermedio y con la exposición de los acusados. Recién allí se conocerá la resolución del juez.
La denuncia de las mega estafas
Giovanni Caroglio (28) -registrado en la AFIP como vendedor de indumentaria-, Manduca y Breuer fueron los primeros detenidos por orden del fiscal Ríos. Las detenciones se concretaron a primera hora del 6 de julio y en simultáneo a la realización de varios allanamientos. En tanto, los otros dos hermanos Caroglio (Gitan y Genaro) fueron detenidos horas más tardes y puestos también a disposición del fiscal Ríos.
Los 5 detenidos, denunciados e imputados habían sido señalados por gente de Mendoza y de otras provincias como autores de reiteradas estafas.
Los inversores particulares habían denunciado hace ya algunos meses a los hermanos Caroglio y sus socios por estafas con dos firmas distintas. La primera de ellas, “We Are Capital” (WAC), ofrecía inversiones en commodities vinculados al campo, así como también en la Bolsa (en los mercados Nasdaq). Aquí las promesas llegaban a ofrecer ganancias de hasta 8% mensuales y en dólares.
En tanto, la segunda empresa denunciada (”Cripto Country”), también encabezada por los imputados, se ubica en el plano de lo virtual y tiene que ver con la compra – venta de loteos virtuales y en el metaverso, un espacio que no existe en la vida real (aunque se cotiza como tal).
Lo episodios, plasmados en la denuncia del expediente identificado con el número P-116.995/22, tienen similitudes con otros tantos episodios de los conocidos como estafas piramidales -o esquema Ponzi- registrados en Mendoza y en el país en los últimos años. Muchos de ellos suelen estar relacionados a las criptomonedas (el más resonante de ellos fue el caso que involucró a Leonardo Cositorto y su holding Generación Zoe).
No obstante, el caso de los mendocinos no está vinculado a las criptomonedas directamente. A fines de junio, consultado por Los Andes, Giovanni Caroglio se defendió de las acusaciones. Fue en una primera nota donde algunas de las víctimas dieron detalles de las estafas. Allí, Caroglio insistió una y otra vez en que él era “deudor y no estafador”, e insistió en que su intención era saldar esa deuda devolviéndoles el capital de inversión inicial a quienes habían participado del primer fondo de inversión y lo habian denunciado.
Incluso, hasta habló de la posibilidad de devolverles ese dinero en lotes de “Cripto Country”, una de las empresas actaulmente investigadas.
Las dos modalidades
Los allanamientos y las primeras detenciones de Giovanni Caroglio, Manduca y Breuer -seguidas por las detenciones de los otros hermanos Caroglio, todas registradas a comienzos de julio- se dieron como parte de la investigación que inició la Fiscalía de Delitos Económicos y ante la denuncia de las víctimas.
Respecto a las dos modalidades con que, se presume, habrían cometido las estafas, la primera de ellas es por medio de la firma “We Are Capital” (WAC), que se presentaba como una firma de inversiones y prometían gran eficiencia a través de agentes bursátiles. Sin embargo, en todo este mecanismo no se cumplía con la ley que regula los fondos de inversión.
Según le explicaban los responsables de WAC a los inversores -hoy, denunciantes- para obtener estas ganancias desorbitantes se dedicaban a la compra de contratos de Nasdaq con criptomoneda. “Prometían intereses muy superiores a los de plaza para atraer inversores, y los primeros meses pagaban los intereses, para que los inversores incrementarán el dinero que entregaban”, explicaron los investigadores a Los Andes el 6 de julio.
“En 2021 hicimos un primer contacto con él a través de un vendedor. Caroglio tenía una Fintech y ofrecía hacerte un contrato por un monto determinado que vos querías invertir. Además, para atraerte, te ofrecía un reintegro de 8% en dólares, mensual”, destacó a Los Andes, a fines de junio, Hernán Suárez, uno de los damnificados.
“Durante primeros meses, cumplió. Pero en febrero de 2022 empezó con demoras en los pagos. Lo presioné para que me devolviera el capital inicial, y en ese momento empezaron los problemas con cientos de personas. Se puso en contacto con nosotros y nos explicó que iba a devolvernos el dinero, que había tenido unos problemas. Pero acá seguimos esperando”, describió el denunciante, quien vive en Santa Fe.
Desde la Fiscalía de Delitos Económicos del MPF de Mendoza confirmaron a comienzos de julio, luego de las detenciones, que fue en febrero del año pasado cuando Caroglio y sus socios comenzaron con los incumplimientos. A partir de estos problemas, entonces, los hoy imputados ofrecieron la opción a los inversores de pasarse a otro fondo, de comprar con el crédito terrenos virtuales de “Cripto Country” o de recibir el efectivo. “Nadie recuperó el efectivo”, aclararon las fuentes judiciales.
En junio de 2021, vía Instagram, Martín Pérez Millán tomó conocimiento de la posibilidad de ser parte de un fondo común de inversión que ofrecía varias propuestas y con distintas promesas de ganancias (siempre más ventajosas que el sistema tradicional).
“Hablé con uno de los representantes que trabajaba con el responsable y me contó todo. Me convenció, avanzamos y firmamos un contrato de mutuo”, agregó a fines de junio este mendocino, quien invirtió un capital inicial de 2.500 dólares, en billetes.
Desde julio de 2021, y durante esos primeros 9 meses, Martín contó que el movimiento del dinero coincidió con lo que se le había ofrecido. Aclaró, además, que algunas veces se retrasaban los pagos, pero que de igual modo se cumplía. Al principio le depositaban el dinero en las cuentas y, luego, se lo citaba en la lujosa oficina de la Quinta Sección para entregárselo en efectivo.
No obstante, y luego de algunos inconvenientes, en marzo de 2022 se citó a Martín y los otros inversores para comunicarles que el fondo de inversión había sido vendido a otra persona del exterior (aunque tampoco se le dio en ese momento información sobre el comprador).
“Caroglio nos recomendó que no siguiéramos, que retiráramos la inversión inicial. Él garantizó que devolvería la plata y hasta nos explicó el procedimiento de cómo recuperarlo”, siguió con su relato el denunciante mendocino.
Ya el hecho de que les ofreciera recuperarlo en USDT (dólar cripto) no convenció a muchos de los involucrados, puesto que ellos habían entregado los billetes de los dólares. No obstante, al ver que no había otra alternativa, Martín contó que aceptaron, a regañadientes.
Sin embargo, entre marzo y octubre de 2022 continuó la peregrinación que nunca los llevó a algún sitio, ni tampoco pudieron recuperaron el dinero invertido inicialmente, ni siquiera en formato USDT.
“Cripto Country”, la otra estafa con terrenos en un videojuego
Luego de los problemas con WAC y de las vueltas y excusas para no devolverles el monto de la inversión inicial, en octubre de 2022 Giovanni Caroglio llamó a todos los inversores, los citó en su oficina y les hizo una innovadora propuesta para arreglar: que se pasaran con ese capital inicial a ser parte del nuevo emprendimiento de loteo virtual, “Cripto Country”.
En ese sentido, les ofrecía a los hoy denunciantes comprar terrenos en una especie de barrio virtual. Pero la mayoría de los afectados no aceptó, ya que vieron venir otra estafa.
Ante este rechazo, los inversores continuaron persiguiendo a Caroglio y la promesa de que les devolvería el capital inicial se renovaba una y otra vez. En diciembre de 2022, los denunciantes se organizaron para hacer la denuncia unificada. Y encontraron en el abogado Federico Colonnese (de la ONG Bitcoin) a su patrocinante.
“Nos sentimos estafados, la plata no está. Él se comprometió en algo que no hizo. La cláusula de la que habla y que tiene que ver con riesgos del mercado existe, pero son riesgos propios de él. Acá lo que pasó es que él vendió el fondo de inversión y nosotros no recuperamos la inversión inicial. Él se había comprometido a que lo íbamos a recuperar”, contó Pérez Millán.
De hecho, fuentes judiciales confirmaron que aquellas personas que se pasaron a CC (”Cripto Country”) tampoco recibieron nada.
“La otra modalidad de estafa era el emprendimiento de CC, donde aparentaban la creación de un videojuego en el metaverso. Vendían los terrenos virtuales por boletos de compraventa prometiendo que utilizarían la tecnología NFT. Pero nunca transfirieron los NFT ni lanzaron el videojuego”, explicaron hace 20 días desde el Ministerio Público Fiscal.