Comenzó hoy el juicio por el femicidio de María Pía Persia (49), una arquitecta y artista visual porteña que fue asesinada en su casa de la Sexta Sección de Ciudad en julio del año pasado.
Por el caso es juzgado –en la modalidad de juicio por jurados- Francisco Pinavaria, un albañil de 23 años que trabajaba en la casa de víctima y se encuentra imputado por homicidio criminis causa en contexto de violencia de género.
Tras la elección de los 12 integrantes de jurado popular, el juez técnico David Mangiafico abrió el debate las partes comenzaron los alegatos: por la Fiscalía de Homicidios acusó el fiscal Carlos Torres, en tanto que la defensa de Pinavaria está a cargo del abogado Francisco Castro.
Entre las pruebas que logró obtener el representante del Ministerio Público Fiscal, se encuentran los rastros de ADN hallados en la campera con la que ahorcaron a la mujer que pertenecen a Pinavaria.
Por otra parte, hay registros de cámaras de seguridad que revelan que el albañil entró y salió de la vivienda de Persia en horarios cercanos al femicidio. También lo comprometen los registros de su tarjeta SUBE, que revelan los recorridos en micro que fueron realizados ese sábado del crimen, que a su vez coinciden con la geolocalización que marcaron las antenas telefónicas sobre su celular y el de Persia, lo único que le robaron a la también artista plástica.
El fiscal Guzzo le dijo a los integrantes del jurado que deben tener en cuenta la totalidad de la prueba, tanto los testimonios de los testigos como las pericias técnicas.
“Cuando terminemos este juicio no tenemos duda que darán un veredicto de culpabilidad: esto se trató de un femicidio y un robo con el cual Pinavaria terminó con la vida de María Pía”, dijo Guzzo.
En el mismo sentido, se expresó Lucas Lecour, abogado de la familia Persia junto a Diego Lavado. Lecour dijo que los familiares de la víctima no quiere que se haga responsable a alguien no sea el autor del crimen.
“No solo queremos demostrar la culpabilidad de Pinavaria sino para reparar mínimamente el daño que sufrió la familia”, afirmó Lecour.
En tanto que el abogado defensor Francisco Castro adelantó su estrategia: que su cliente es un “perejil”, es decir alguien que se detuvo a falta del verdadero autor.
“La fiscalía se equivocó. La investigación tomó un camino desacertado, lleno de contradicciones y no pudieron volver atrás porque se metió la política”, sostuvo el defensor.
El caso
En la mañana del sábado 16 de julio de 2022 ingresó un llamado al 911 denunciando que en una vivienda ubicada en Joaquín V. González 283, en plena Sexta Sección de Ciudad, había una mujer muerta.
Cuando llegaron los primeros policías observaron en el interior de un cuarto que funciona como depósito el cuerpo sin vida de la dueña de casa: se encontraba boca abajo y según el primer parte policial no presentaba signos de violencia, ni el lugar estaba desordenado al punto de que hacer pensar en una pelea. Pero luego se determinó que había sido estrangulada y golpeada.
El albañil que había llamado al 911 denunciando la situación, explicó que realizaba tareas de mantenimiento y que el día anterior había intentado mantener comunicación telefónica con la propietaria pero no le contestaba. Por eso, el sábado por la mañana fue hasta la casa de la víctima tocó el timbre y como no le contestaron, abrió la puerta con la llave que la había dado la empleadora.
