María Aida Oliva (52) –la empleada doméstica cuyo cuerpo apareció sin vida el jueves en una zona inculta de Papagayos, habría muerto como consecuencia de una dura golpiza propiciada por su ex marido, Mario Daniel Castro Herrera (55), quien fue trasladado este viernes al penal tras recibir doble imputación.
Fuentes que trabajan en la investigación indicaron a Los Andes que el cuerpo de Oliva presentaba signos de haber sido duramente golpeado y los peritos inicialmente se inclinan a pensar que esos traumatismos le habrían ocasionado la muerte. El cuerpo de “La Negrita”, como la llamaban cariñosamente, tenía tres heridas contuso-desgarrantes ubicadas en la sien y en la zona occipital del cráneo. Además presentaba diferentes hematomas en el resto del cuerpo, aparentemente producidos durante el arrastre.
Castro había quedado detenido ayer tras confesarse como el único autor del crimen y durante la jornada de hoy la Fiscalía de Homicidios a cargo de la Fiscal Claudia Ríos Ortíz, lo imputó por “homicidio agravado por el vínculo con violencia de género y femicidio”.
No obstante, el victimario recibió además la imputación de “homicidio en grado de tentativa”, por haber atacado al testigo que en un momento habría intentado detener la situación.
El mismo martes -cuando desapareció la mujer- a las 19 un joven denunció en la comisaría que circulaba por las inmediaciones de El Mirador, en el Challo, cuando vio a una pareja discutiendo junto a un Ford Fiesta de color blanco.
Este hombre aseguró que intentó evitar que el agresor golpeara a la mujer, pero el sujeto estaba armado con un cuchillo y logró herirlo en la cara y en el cuello.
Luego, la mujer habría logrado escapar caminando pero el agresor se subió al auto y la persiguió, en tanto que el herido se dirigió a pedir ayuda en un barrio privado de la zona y desde ahí denunció la situación.
El caso
Ricardo, uno de sus hijos, había ido a almorzar con María el martes pasado a su casa del barrio Cipolletti, en La Favorita. Alrededor de las 14 el joven debió marcharse y se despidió de su madre, a quien le dijo que la llamaría más tarde. Pero con el correr de las horas, una situación comenzó a inquietar al muchacho, quien derivó su preocupación hacia su hermana Luana: su mamá no atendía el teléfono. Por eso, Luana fue a una comisaría a denunciar la desaparición.
El jueves por la mañana la joven fue a la Fiscalía de Homicidios diciendo que su padre le había contado que el martes en la tarde se había reunido con “La Negrita” para hablar, pero que habían terminado discutiendo.
Alrededor del mediodía, personal de la Fiscalía de Homicidios junto a la propia fiscal Ríos se dirigieron a la casa de Castro. Allí el hombre se quebró y confesó dónde yacía el cuerpo de María.
Rápidamente agentes de Búsqueda de Personas, en conjunto con personal de Homicidios, se desplazaron a la zona de Papagayos tras la escalofriante confesión ya que el ex marido de la mujer dio el lugar exacto donde había descartado el cuerpo.
Los efectivos dieron con los restos de Oliva y en un primer informe personal de Científica e Investigaciones revelaron que el cuerpo presentaba signos de violencia.
“Atentos a diferentes situaciones íbamos a citarlo, pero nos constituimos en el domicilio con orden de allanamiento y se procedió a la detención de Mario Castro. En ese momento me hizo manifestaciones a mí, pero le dije que esperara y que hablara con la defensa, pero dijo que había sido él y que (el cuerpo) estaba en Papagayos”, aseguró la fiscal en una rueda de prensa brindada desde el sitio donde hallaron los restos de la mujer asesinada.
El cadáver fue trasladado al Cuerpo Médico Forense, donde los peritos llevarán adelante las pruebas correspondientes que ayuden a determinar la causa de muerte.
