Mientras la Inspección General de Seguridad (IGS) continúa investigando el desempeño que tuvieron aquel 13 de septiembre los ocho penitenciarios que trasladaron al peligroso preso Hugo Arredondo (37) al Polo Judicial, la fiscal de Homicidios Claudia Ríos dio una conferencia de prensa en la que aseguró que el ataque con la “chuza” fue contra ella y remarcó “ser una víctima”.
Pasadas las 18 de este martes, la fiscal Ríos brindó una conferencia de prensa en el cuarto piso del Ministerio Público fiscal acompañada por el procurador de la Suprema Corte de Justicia, Alejandro Gullé, y la fiscal adjunta Paula Quiroga.
Allí la funcionaria habló del escándalo judicial que se desató luego de que se filtrara un video de las cámaras de seguridad de la sala 15, cuyas imágenes parecían desmentir la versión oficial que aseguraba que Arredondo se había “arrojado sobre la fiscal” intentando darle una “puñalada al cuello” y que ella se había defendido con gas pimienta.
“He mantenido el silencio hasta ahora por dos razones, el señor procurador de la Corte me recomendó preservarme, justamente porque soy víctima de un hecho. Además de eso, la causa estaba bajo secreto. Al levantarse el secreto de las actuaciones es que he podido hablar hoy con ustedes”, arrancó la fiscal a modo de introducción antes de pasar a la cronología de los hechos.
Luego de remarcar que ella declaró ese mismo día pasadas las 12 junto a los demás testigos presentes explicó que, la audiencia contra Arredondo estaba prevista para realizarse en la sala 25 del Polo Judicial, pero que ella misma le advirtió al juez que “la sala era muy chica y solamente había una celda”, por lo que el magistrado ordenó que pasaran a la sala 15.
“Quiero que sepan que hay dos momentos: uno dentro de la sala y otro afuera. Se procedió a tomar declaración a la víctima, que, como los acusados, era un interno de Almafuerte. Se pidió un cuarto intermedio. Yo percibí ya en ese momento una situación un poco hostil”, detalló la representante del Ministerio Púbico Fiscal.
Sobre el ataque especificó que vio el momento exacto en que Arredondo corrió hacia ella y que esa situación la percibieron todos los presentes y remarcó: “Está en las declaraciones de todos los testigos”.
“En ese momento yo le vi algo gris que tenía en la mano. Y vi que su mirada era hacia mí, como yendo hacia mi cuello y contra mi integridad física. Y lo que yo percibí, insisto, lo percibieron el resto de los testigos”, insistió la fiscal.
Fue entonces que pasó a explicar la secuencia de su defensa con el gas pimienta que no aparece en el video que se filtró la semana pasada e hizo hincapié en que todo sucedió en segundos y que “en 33 años de servicio en la Justicia, jamás le ocurrió una situación así”.
“Cuando esta persona se va afuera de la sala es que yo me voy hacia allá con el gas pimienta en la mano. Lo hice porque adelante de Arredondo había una alumna que estaba haciendo sus pasantías y al salir nos encontramos con Arredondo en el pasillo agarrando a la joven, tirados boca arriba, él aferrando el cuello de ella. Apunté el gas pimienta y lo activé.”, especificó la fiscal dando detalles de un momento que no se ve en las grabaciones viralizadas.
“Ahí vi que se le cayó una chuza. Eso gris que yo había visto antes, que percibí que me quería tirar, resultó ser una chuza”, remarcó Ríos.
“Lo que no quiero que salga del foco de atención es que estuvimos en riesgo. No la fiscal Ríos, sino todos los que estábamos en la sala”, insistió la funcionaria judicial y concluyó con un agradecimiento a quienes se solidarizaron con ella y “con todos los que estuvieron en riesgo en esa sala”.
Ocho penitenciarios bajo la lupa
Por su parte, la IGS comenzó a realizar una reconstrucción del hecho en la investigación que tiene bajo la lupa a los ocho penitenciarios que escoltaron a Arredondo desde el penal de Almafuerte hasta el Polo Judicial.
La IGS quiere saber en detalle cómo fue el movimiento del detenido, cómo se realizó la custodia y cuál fue el rol de cada uno de los penitenciarios ya que algún fallo hubo en las pesquisas que se le hicieron al peligroso preso para que pudiera pasar el arma punzante de elaboración casera, llamada “chuza” en la jerga carcelaria.
Fue por ello que los funcionarios al mando de la investigación estuvieron el lunes en el penal de Almafuerte, en Cacheuta, donde cumple diversas condenas Arredondo y de donde salió ese día del juicio antes del polémico incidente.
Las tareas continuarán este miércoles cuando la IGS se traslade al Polo Judicial para seguir los pasos de los ocho penitenciarios que participaron del operativo de traslado y que fueron pasados a disponibilidad mientras continúen bajo la mira de los sabuesos.
Versiones cruzadas y cambio de carátula
Luego de que la noticia escalara a nivel nacional, a la semana siguiente se filtró el video de la audiencia de Arredondo que hizo descreer la primera versión oficial, la cual había especificado el procurador de la Corte Alejandro Gullé en conferencia de prensa dos horas después de producido el ataque.
Sin embargo, las imágenes mostraban que los hechos al parecer no habían sido de esa manera. La grabación revelaba no sólo que Arredondo y la fiscal no habían tenido contacto, sino que tampoco le tiraba gas pimienta como se dijo oficialmente. De hecho, se ve todo lo contrario: la funcionaria corre y termina resguardándose detrás de un penitenciario dándole la espalda a otro de los presos.
Por su parte, la fiscal de Homicidios Andrea Lazo, quien quedó a cargo de la investigación en la que su par es la víctima, decidió cambiarle la imputación a Arredondo tras el revuelo que se desató por la difusión de las imágenes. fue entonces que el peligroso preso pasó de “homicidio simple en grado de tentativa y lesiones leves” al delito de “evasión en grado de tentativa”.