La Inspección General de Seguridad (IGS) –el órgano que investiga la conducta de policías y penitenciarios se encuentra investigando la actuación de uniformados involucrados en un femicidio registrado en Godoy Cruz, de una muerte dudosa ocurrida en una comisaría de Ciudad y en un choque en San Carlos protagonizado por un uniformado en estado de ebriedad.
“Se han abierto expedientes administrativos en los tres casos y se están esperando información de Ministerio Público Fiscal para avanzar en nuestras investigaciones. El caso más grave es el que se investiga un femicidio en Godoy Cruz”, explicaron desde el organismo que actúa como una suerte de “asuntos internos” de los uniformados de Mendoza.
Franco Nicolás Cuello, un policía con tres años de antigüedad y que presta servicios en el Grupo Especial de Seguridad (GES) se encuentra desde ayer imputado por el delito de femicidio cuya víctima es su mujer, Valeria Noemí Ramírez Carrizo (26).
“Estamos esperando que nos remitan el resultado de la prueba del guantelete para ver si efectivamente disparó. Es un caso gravísimo aun si el disparo fue hecho de forma negligente ya que es un policía altamente capacitado en el manejo de armas”, explicaron desde la IGS, Cuello no tiene antecedentes por mala conducta.
Esta prueba ya fue realizada por la Fiscalía de Homicidios y el resultado fue positivo. La imputación para Cuello es por homicidio agravado por el vínculo, por alevosía, por femicidio, por el uso de arma de fuego y por pertenecer a las fuerzas de seguridad, todos los delitos en concurso real.
Las pericias realizadas revelaron algunos datos que no coincidían con el relato inicial del efectivo del grupo GES cuando, el viernes pasado, a las 22.30 llevó a su pareja herida de bala al hospital Central afirmando que su hijo de 4 años había activado el arma y la bala había impactado en la cara de la madre.
Pero minutos más tarde Cuello habría confesado a los uniformados que trabajaban en el caso que él había sido el autor del disparo. Esta declaración, no tiene valor judicial.
Pero en el estudio de barrido electrónico realizado al niño no se encontraron rastros de pólvora, algo que sí se halló en la zona de las manos, brazos y cuello de su padre.
Además del resultado de la necropsia se desprende que el disparo efectuado sobre la víctima se hizo desde una distancia de entre 20 y 60 centímetros, de arriba hacia abajo, con orificio de entrada en la fosa nasal derecha y orificio de salida por la espalda.
Con todos estos datos la fiscal Claudia Ríos entendió que el chico no podía haber sido responsable del hecho e imputó al padre del menor y pareja de la víctima por el hecho.
Un hombre murió en la comisaría 33 de Ciudad
El sábado a las 22.10 falleció en el patio de la comisaría 33 de Ciudad Pablo Osmar Rosales Campos, de 38 años. Minutos antes había sido detenido junto a su hermano en Padre Llorens y Adolfo Bioy Casares, cerca de la rotonda del barrio Sargento Cabral de Las Heras, cuando circulaba a bordo de su auto color champagne.
Según la versión oficial, Campos se habría tragado una bolsa con una sustancia blanquecida que sería cocaína, los policías habrían intentado que se la sacara de la boca con palabras y luego a la fuerza, pero no lo consiguieron.
Cuando los dos hermanos fueron trasladados a la comisaría 33, Campos habría comenzado a convulsionar ya en el patio interno de la dependencia policial.
El caso es investigado por la fiscal de Homicidios Claudia Ríos quien mantiene el expediente como averiguación muerte. Según una fuente del Ministerio Público Fiscal la bolsa que Campos se metió a la boca contenía cocaína y por otra parte, el cuerpo no presenta signos de estrangulamiento, según las primeras pericias realizada por los médicos del Cuerpo Médico Forense.
La versión de unos testigos del hecho es otra. Unos vecinos filmaron el momento de la detención y mientras lo hacían, le gritaban a los uniformados para que no golpearan a los hermanos.
Jorge Omar Campos, hermano de la víctima y testigo presencial de hecho explicó a Los Andes que “los policías de la camioneta lo bajaron del auto y le pegaron. Cuando están revisando el auto mi hermano dice que se siente mal y no hacen nada. Después, cuando nos llevan a la comisaria en otro móvil les pedíamos que fueran al hospital porque estaba mal y tampoco nos hicieron caso”
Luego, según la versión del testigo, a él lo llevan a un calabozo, lo desnudan y vuelven a golpearlo. “Mi hermano seguía en el patio, yo escuchaba los gritos”, explicó el hermano de la víctima.
Ebrio en La consulta
Por último, la Inspección General de Seguridad investiga el choque protagonizado por un policía que viven en La Consulta, pero presta servicios en Godoy Cruz.
Según informa el portal de noticias Infouco, el uniformado manejaba con 1.24 gramos de alcohol en sangre, al momento del choque entre Chevrolet Vectra y un Ford Falcon.
Por la gravedad de la situación, la misma quedó caratulado como “lesiones culposas e infracción al 67 bis de la Ley 9099″ y se retuvo el arma, el chaleco y la credencial del policía.
