Este miércoles en la tarde fueron condenados a prisión perpetua los tres acusados por un crimen ocurrido en el barrio San Martín de Ciudad, hace tres años. A la víctima la apuñalaron, le cortaron los brazos y la prendieron fuego en un hecho con tintes mafiosos y vinculado a conflictos narcos.
Rafael Ángel Farías, Camilo Páez y Daiana Muñoz quedaron declarados como culpables por parte de un jurado popular, integrado por 12 mendocinos, por el asesinato de Nelson David Montenegro (37), alias “Caco”, en mayo del 2018.
En los alegatos los fiscales Fernando Guzzo y Gustavo Pirrello pidieron perpetua, amparados en que los tres llegaban imputados por homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por alevosía, delito que tiene la pena máxima como única posibilidad.
Las tres defensas fueron por la no culpabilidad y una consecuente absolución, que no fue lo decidido por el jurado. En subsidio solicitaron decretar la inconstitucionalidad de la perpetua, alternativa descarta por la jueza Belén Salido.
Brutal ataque
En inmediaciones de unos monoblocks de la zona conocida como “Fuerte Apache” fue encontrado el cadáver de la víctima, el miércoles 30 de mayo. Estaba cubierto con una manta, carbonizado y casi irreconocible; cuando Policía Científica comenzó a trabajar, advirtieron que sus agresores le habían sacado el brazo izquierdo y el derecho tenía un corte a la altura del codo.
La identificación de este hombre no tardó demasiado por un tatuaje que aún se podía ver y que permitió hacer un adelanto de su identidad, ya que era conocido de los sabuesos policiales del lugar por sus antecedentes. Luego un cotejo de ADN terminó de confirmar quién era el fallecido.
La investigación también fue rápida y apenas un día después el caso ya tenía dos detenidos. El jueves 31 de mayo fueron arrestados en sus viviendas del barrio San Martín Farías y Páez, tras las primeras declaraciones testimoniales. Meses después caería Muñoz en Junín.
El trabajo de los pesquisas permitió determinar que en ese sector del Oeste de Capital el primero de los mencionados manejaba una banda que tenía el control del narcomenudeo. Al parecer, Montenegro se sumó a este grupo luego de salir de la cárcel, aunque pronto se terminaría metiendo en problemas con ellos.
Según las averiguaciones, el “Caco” se quedó con un arma de fuego y dinero que no le correspondían, lo que motivó una venganza contra él. Lo ahorcaron y lo apuñalaron, le cortaron los brazos por “quedarse con lo ajeno” y lo prendieron fuego para ocultarlo.