A 15 años del crimen de Solange Grabenheimer, su amiga Lucila Frend, quien fue imputada y absuelta por el asesinato, aseguró sentirse frustrada por la inminente prescripción de la causa y por el hecho de que la justicia nunca continuó la investigación para hallar al asesino, y afirmó que “el esclarecimiento” del caso era algo que merecían “todos”.
Desde la ciudad española de Barcelona, donde vive hace años, Frend envió una carta a la agencia de noticias Télam para referirse al hecho de que mañana la causa quedará prescripta de manera definitiva.
“Hoy es un día muy triste y amargo para mí y para todas las personas que queríamos a Sol y que hace 15 años esperamos justicia. Más frustrante aún es saber que pese a todos los esfuerzos míos personales y de mi familia y nuestro abogado y amigo, el Dr. Francisco García Santillán, por impulsar una nueva investigación, un nuevo fiscal, nada de eso se logró”, explicó la joven.
“Hemos hecho todo lo posible, porque si bien, nada ni nadie nos devuelve a mi amiga Sol, el esclarecimiento era algo que nos merecíamos todos”, agregó en el texto.
“¿Era esta fiscalía un ejemplo de trabajo profesional y transparente? Infelizmente, más bien lo contrario. Y no lo digo yo, lo dijeron 6 jueces”, expresó.
“Me sigo preguntando por qué tuvo que pasar esta pesadilla. Sol era mi gran amiga, la quería muchísimo y le sigo pidiendo que me dé fuerzas en los momentos más difíciles, como hoy”, dijo.
De esta manera, Lucila rompió un silencio de 11 años para referirse a la causa - no hablaba con la prensa desde 2011 cuando terminó absuelta en el juicio oral-, Frend hizo mención a lo revelado ayer por Télam en cuanto a que fue su familia, y no la de la víctima, la que en 2018 hizo un último intento para reabrir la investigación con otro fiscal y con otros sospechosos.
El crimen de Solange Grabenheimer
El 10 de enero de 2007, Solange “Sol” Grabenheimer (21) fue asesinada de cuatro puntazos en el cuello en su cama del PH de Güemes 2280 del partido de Vicente López, donde convivía con su amiga “Luli” Frend.
La autopsia también detectó una serie de lesiones lineales en el cuello que pudieron haber sido producto de un estrangulamiento a lazo o efectuadas con el lomo del cuchillo y concluyó que la muerte se dio por el shock hipovolémico por la hemorragia de las puñaladas.
Aquel día, Lucila se retiró a las 7.30 de la mañana rumbo a su trabajo en un laboratorio de San Fernando y ya a las 23, preocupada porque Solange no llegaba a un cumpleaños, convenció a dos amigas y al novio de la víctima a ir al PH porque suponía que algo malo le había ocurrido, y en ese momento encontraron el cadáver en la habitación.
La clave de la acusación por la que el fiscal Guevara la llevó a juicio fue la data de muerte que, según estimó el primer médico que arribó a la escena del crimen, fue entre la 1 y las 7 de la mañana, momento en el que ella aún estaba en el PH.
Guevara recolectó un cúmulo de indicios que comprometían a Frend, pero no pruebas testimoniales o científicas directas y contundentes.
Frend fue para el fiscal y la propia familia de “Sol” la principal sospechosa porque habría estado en la casa al momento del crimen, porque la relación entre ellas supuestamente estaba desgastada, porque montó una escena para ser parte del hallazgo del cadáver y porque introdujo en sus declaraciones a otros sospechosos.
Pese a estar acusada de un delito gravísimo como “homicidio calificado por ensañamiento y alevosía”, con pena de prisión perpetua, nunca estuvo presa por el caso.
Durante el juicio oral que terminó el 12 de julio de 2011, Frend fue absuelta en un fallo unánime del Tribunal Oral Criminal (TOC) 2 de San Isidro, que consideró que no había pruebas para una condena.