La mujer que denunció a los dos jóvenes rugbiers franceses amplió su declaración hoy en la Fiscalía de Delitos contra la Integridad Sexual y, según sus abogados, ratificó que fue víctima de abusos sexuales por parte de los deportistas detenidos en Mendoza.
La denunciante, de 39 años, declaró desde cerca de las 10, y hasta pasadas las 14, en el edificio del Ministerio Público Fiscal que se encuentra en el Polo Judicial, , cuando llegó acompañada de sus abogados Mauricio Cardello y Natacha Romano.
La ampliación de la declaración se llevó adelante en la Fiscalía de Delitos contra la Integridad Sexual y estuvo encabeza por su jefa, la fiscal Daniela Chaler y el fiscal instructor Darío Nora; en tanto que representando a Hugo Auradou y Oscar Jegou estuvieron sus defensores, Rafael Cúneo Libarona y Germán Hnatow, quienes pudieron hacer preguntas.
Según explicó Cardello, “la declaración inicial se mantiene, se ratifica y se sostiene”. “El relato es consistente, claro y concreto y no se aparta de la denuncia inicial: ella sigue sosteniendo que la mecánica del hecho sigue siendo grave. De un desprecio hacia ella. Eso es lo que ella sintió”, indicó el letrado a Los Andes.
De acuerdo al querellante, la denunciante siguió el relato que hizo al momento de denunciar a los deportistas, pero los defensores se detuvieron especialmente en un momento posterior a los presuntos abusos ocurridos en una habitación del hotel Diplomatic, en Ciudad.
Se trata de un diálogo mantenido con una amiga vía WhatsApp. Esta testigo es la misma que estuvo con la denunciante en el boliche Wabi, en Luján de Cuyo, lugar donde ambas se relacionaron con los deportistas galos.
Cuando fue citada a declarar, esta mujer entregó a la fiscalía los mensajes que estaban en su teléfono: un dialogo que se registró antes de que su amiga fuera a denunciar a los jóvenes extranjeros.
Según el querellante, existe un mensaje inicial de la denunciante, donde habla de lo lindo que es el deportista pero luego, con el intercambio de ideas, la amiga le dice que habría sido una situación violenta.
“Son varios audios, en los que a ella le cae la ficha. Su amiga le dice que es un hecho grave y ella va asimilando hasta darse cuenta de la situación vivida”, sostuvo el abogado querellante.
Siempre según su visión, la defensa intenta que ese audio sea un punto ganancial para sostener una hipótesis de consentimiento, pero la conversación completa no deja dudas sobre el significado general de la charla.
Al terminó de la audiencia, Rafael Cuneo Libarona, defensor de los franceses que siguen acusados de “abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos personas”, dejó una sentencia: “Hoy se demostró la inocencia de los rugbiers”. Y se refirió a “contradicciones” en el relato de la presunta víctima.
La denuncia inicial
Los presuntos abusos habrían ocurrido en la madrugada del domingo 8 de julio pasado, luego de que el equipo galo, conocido como Les Bleus, le ganara a Los Pumas, en el estadio Malvinas Argentinas.
A modo de festejo los deportistas europeos fueron al bar Beerlín donde integrantes del seleccionado bebieron whisky, vodka, gin y cerveza, hasta pasadas las 2 de la madrugada.
Un grupo más pequeño fue al boliche Wabi, donde también estaba la denunciante con otra amiga. Allí Auradou comenzó a charlar con ella y le ofreció beber un trago. La quiso convencer de ir al baño del boliche, pero ella se negó, según la declaración de la denunciante.
Cerca de las 5 de la madrugada, el rugbier la invitó al hotel Diplomatic a seguir tomando unos tragos. Viajaron en Cabify con otro rugbier y una chica mendocina.
Al llegar al hotel los captaron las cámaras de seguridad en los pasillos y el ascensor, donde Auradou y la mujer se besaron y él quiso quitarse la ropa.
Subieron al sexto piso. En la puerta de la habitación 603, el deportista se dio cuenta de que no tenía la tarjeta para abrir. Decidió bajar solo al lobby para pedir una copia. La mujer lo esperó en el pasillo. Cuando regresó Auradou, ingresaron a la habitación.
“Abrió la puerta y solamente había botellas de agua, pero no bebidas. Le pedí ir al baño. Sin mediar palabras me tomó de ambos brazos y me tiró a la cama. Le pedí que me dejara ir a mi casa, se lo decía en inglés, pero me decía que no”, declaró la víctima.
“Me quitó la ropa, me empezó a ahorcar, me pegó cachetadas en la cara y me abusó sexualmente, sin usar preservativo”, denunció la mujer.
Y luego detalló que a los 40 minutos ingresó a la habitación el otro rugbier, compañero de habitación. “Un rubiecito (sería Jegou) quien, al verme, se desnuda, me arrastra, y empieza a abusarme. Yo les pedía por favor que no lo hicieran y que me dejaran ir”, recordó.
En su denuncia judicial la víctima describió que fue violada seis veces a lo largo de la noche. Que la golpearon en la cara y la cabeza, la arrastraron, la obligaron a realizarles sexo oral e intentaron asfixiarla en la habitación del hotel.
Los moretones y rasguños quedaron documentados en los estudios forenses después de que la víctima hiciera la denuncia.