Mientras la investigación de los implicados en el atentado a Cristina Kirchner sigue en marcha, las autoridades han podido dar con una pista que, según creen, sería clave para descifrar la causa del ataque perpetrado la semana pasada. Se trata de una misteriosa carpeta privada que contiene el dispositivo de Brenda Uliarte y que pareciera haber sido creada para funcionar como segundo filtro y así impedir el fácil acceso a su contenido, según revelaron a Infobae fuentes del caso.
Las carpetas seguras consisten en una forma de proteger los archivos del teléfono para que segundos no tengan acceso a ellos. Pero no es algo que usen habitualmente los usuarios de dispositivos. Los datos en este tipo de carpetas no se pueden transferir a través de métodos como un USB o WiFi. Por qué Brenda tendría una carpeta segura y qué hay ahí guardado es una de las respuestas que buscan contestarse por estas horas los investigadores.
Los técnicos de la PSA descargaron casi 120 gigas de información del celular de la joven, pero llamó la atención la carpeta segura. Es que los investigadores ya tienen por acreditado que el grupo se comunicaba en formas alternativas, como, por ejemplo, a través de perfiles falsos de Facebook.
Mientras tanto, el contenido del celular de Sabag Montiel sigue siendo un misterio, después de que llegara reseteado de fábrica, en un sobre abierto y en manos de una agente con rango de cabo de la Policía Federal, enviada por el juzgado, a la sede de la Policía de Seguridad Aeroportuaria en la noche del viernes 2 de septiembre. El viernes por la madrugada, horas después del ataque, un técnico de la Policía Federal había llegado al juzgado para extraer la información, pero el procedimiento fracasó. Es probable que nunca se hayan dado cuenta que el teléfono había quedado en ese momento en calidad de inservible a los fines de la investigación.
Solo se pudo acceder a lo que había en la tarjeta SIM y la memoria. De ahí salieron las fotos en donde Sabag Montiel y la novia posaban con el arma Bersa calibre 32 y que sirvieron para la imputación. También de allí se recuperaron algunos mensajes y archivos de Telegram que quedaron bajo investigación.
Los investigadores sospechan de la “banda de los copitos”
Pero, mientras intentan recuperar la información perdida, el juzgado recolectó el teléfono de Brenda y de los integrantes de la ahora denominada “banda de los copitos”: los cinco amigos de la pareja que hoy figuran como testigos y que declararon ante Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo que no sabían que iban a atentar contra Cristina Kirchner.
Hay sospechas entre los investigadores en su rol en los hechos y plantean que habrían sido vistos en los días previos en los alrededores de la casa de la ex presidenta. Por ahora están tratando de reconstruir con las cámaras de seguridad privadas, los celulares y las redes sociales si esa hipótesis se confirma.
En la noche del 1 de septiembre pasado, Sabag Montiel le apuntó con un arma Bersa calibre 32, en la cara, a CFK. Gatilló dos veces, pero el arma no se accionó porque no había bala en la recámara. Tenía otras cinco balas en el cargador. Cuando los militantes lo vieron, el arma cayó y el joven quiso escapar corriendo y terminó atrapado por los militantes que lo golpearon en el ojo. Desde entonces está detenido.
El domingo 4 de septiembre, por la noche, fue detenida su novia, cuando se tomó un tren rumbo a la casa de un ex novio, el mismo lugar en donde se refugió en la noche del jueves cuando su pareja quedó bajo arresto. En esa casa dejó una bolsa blanca en donde habría llevado el arma y que fue secuestrada el miércoles en un allanamiento.
“Brenda no tuvo nada que ver… Y yo tampoco”, dijo Sabag Montiel en la indagatoria del martes pasado, luego de que la joven asegurara que no sabía que su novio iba a atacar a la vicepresidenta.