Esteban Olivera (40) estaba a punto de llegar a la parada del Metrotranvía, en Las Heras, cuando de pronto dos sujetos los asaltaron para robarle el celular, como el trabajador se resistió, uno de ellos le propinó dos disparos que le ocasionaron la muerte inmediata. Por el hecho la fiscalía de Homicidios detuvo a Enzo Leonardo Figueroa y Bruno Rave como los sospechosos. Con el avance de la pericia uno quedó sobreseído y el otro recibió hoy prisión perpetua en un juicio por jurado.
Olivera vivía en el barrio Almería del mencionado departamento y en la mañana del 8 de abril de 2021 caminó hasta la parada del transporte público, como lo hacía todos los días para ir a trabajar a Luján de Cuyo. El hombre iba escuchando música y caminando tranquilo, hasta que en un momento inesperado aparecieron Figueroa y Rave. Fue asesinado alrededor de las 8 a plena luz del día y bajo las cámaras de seguridad del lugar.
El trágico suceso ocurrió en la esquina de Avellaneda y Sargento Cabral, donde le pegaron dos tiros: uno en el tórax y otro en la pierna. Luego, los delincuentes escaparon corriendo sin llevarse ninguna de las pertenencias del hombre.
El caso quedó en manos del fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello, quien de inmediato logró detener a los dos sospechosos.
Al día siguiente del crimen se presentó en la fiscalía un testigo que declaró haber escuchado un disparo en la mañana cuando iba a trabajar, que luego vio a dos sujetos corriendo con un arma en la mano y que reconoció que uno de ellos era “el Leito”, su vecino en Panquehua.
Juicio y veredicto
El juicio por el homicidio de Olivera comenzó el lunes en el Polo Judicial de Mendoza bajo la modalidad de juicio por jurado. En los debates expusieron sus conclusiones la defensa, la fiscalía y la querella, siendo estas últimas dos quienes coincidían en que Figueroa era el autor del crimen por haber disparado las dos veces contra el trabajador.
Quien comenzó con la exposición fue el jefe de la Unidad de Homicidios Fernando Guzzo, que hizo la reconstrucción de cómo fue el crimen y apuntó a que Figueroa es culpable, pero que Rave carga con la misma culpabilidad. Luego enumeró las pruebas que la fiscalía recolectó en contra del único detenido -ya que Rave fue sobreseído-, como por ejemplo los videos de las cámaras de seguridad.
“No tengo dudas de que el autor del disparo es el señor Figueroa”, remarcó Guzzo. Por último cerró su discurso con una pregunta qué hizo pensar al jurado: “¿Qué iba escuchando Esteban Olivera? ¿Qué fue lo último que escuchó, que ni siquiera prestó atención a su entorno?”.
Luego tomó la palabra el fiscal Pirrello y remarcó que para él también Figueroa y Rave son ambos autores del asesinato. Y expuso ante el jurado: “En el lugar del hecho se recopilaron, a través de entrevistas con testigos, dos nombres de posibles autores: ‘el Leito y el Bruno’. Desde la fiscalía se ordenó la detención de ambos sujetos”.
El representante del Ministerio Público Fiscal alegó también que una de las pruebas que los llevó a saber que “Leito” era el autor fue por las intervenciones telefónicas que se hicieron en los celulares de los familiares del detenido. Allí la madre le aconsejaba, casi que hasta le ordenaba, quemar la ropa y las zapatillas que se veían en el video y que coincidían con el testimonio del vecino.
Por su parte, la querella expuso que Olivera falleció “por desangramiento a causa de dos disparos: uno en el muslo izquierdo y otro en el tórax”, que le fueron efectuados a una distancia “entre 30 y 50 centímetros”, con un arma de fuego calibre 22. Este último dato coincide con el testimonio del único que testigo, que desde su primera declaración aseguró haber visto a “Leito” con un arma que presentaba esas características.
