A más de un año del crimen ocurrido en Villa Gesell, la Justicia ordenó que los rugbiers acusados de matar a golpes a Fernando Báez Sosa (18) vayan a juicio oral.
El juez de Garantías David Mancinelli fue el encargado de firmar la elevación a juicio presentada por la fiscal Verónica Zamboni en noviembre pasado para los nueve rugbiers por el delito calificado como un homicidio doblemente agravado por alevosía y por la cantidad de participantes. La única pena es la prisión perpetua.
Como los jóvenes renunciaron a un juicio por jurado popular, ahora deben enfrentar a un tribunal colegiado de tres magistrados en la jurisdicción de Dolores, aunque con fecha todavía a definir.
De acuerdo a lo anticipado por Infobae, de los diez acusados, solo Juan Guarino -hoy libre- queda definitivamente sobreseído, con un planteo original de la fiscal Zamboni que no lo vinculaba en el hecho.
En el caso de Alejo Milanesi, liberado junto a Guarino al comienzo de la causa, la situación podría complicarse. Es que el juez Mancinelli tomó en cuenta el planteo de los abogados de la familia Báez Sosa, Fernando Burlando y Fabián Améndola, que aseguraron en diciembre pasado que había elementos para imputarlo, entre ellos, marcas compatibles con rasguños en el cuello y un reconocimiento parcial de un amigo de Fernando en una rueda.
El magistrado consideró que la participación o no de Milanesi deberá ser resuelta en el juicio: el juez buscó, principalmente, no privar a los Báez Sosa del derecho a justicia. Pese a este panorama, el joven seguirá libre.
Cómo los rugbiers mataron a Fernando
El crimen de Fernando Báez Sosa estuvo planeado y hubo una división de roles para atacar a traición, se puede leer en el documento de 343 páginas.
Al menos, según consta en el escrito de elevación a juicio oral, cinco de los rugbiers participaron del ataque con violencia física contra Fernando, mientras que otros tres se dedicaron a bloquear la defensa que podría haber salvado a Fernando, separando y golpeando a sus amigos, sin un policía a la vista.
Una vez en la calle, para ejecutar el plan, los ocho rugbiers se dividieron: cinco de ellos (Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Franco Benicelli y Blas Cinalli) fueron a buscar a Fernando, “lo tomaron desprevenido y de espaldas” y “comenzaron a golpearlo en distintas partes del cuerpo”.
Cuando el joven de 18 años cayó al piso, y “aprovechándose aún más de esa situación de indefensión”, procedieron a darle un golpe brutal, una patada que le provocó su deceso en forma casi inmediata, al causarle “un paro cardíaco producido por shock neurogénico debido a un traumatismo de cráneo”, relató el fiscal general de Dolores, Diego Escoda.
Además de golpear a Fernando, los otros tres rugbiers (Ayrton Michael Viollaz, Lucas Fidel Pertossi y Luciano Pertossi) formaron “una especie de cordón” para impedir que los amigos de Fernando pudieran auxiliarlo.