Un jurado popular condenó este jueves por la tarde a los tres acusados que tenía el crimen del carpintero Juan Carlos Moya (62), hecho ocurrido durante un asalto en Guaymallén en 2017. Zafaron de la perpetua y recibieron penas superiores a 20 años.
Francisco Agüero (49), Lucas Villanueva (40) y Diego Vildoza (44) fueron encontrados culpables de un homicidio en ocasión de robo, delito que prevé de 10 a 25 años de cárcel. El primer mencionado en calidad de autor material-quien le disparó a la víctima- y los dos restantes como partícipes primarios.
De esta manera evitaron la perpetua como pena única del homicidio criminis causa, calificación que les endilgó la fiscalía durante toda la investigación y que ratificó en los alegatos, solicitando la máxima condena.
Por su parte, los abogados defensores habían planteado la absolución de sus clientes.
Tras esto los 12 ciudadanos pasaron a deliberar, y una vez conocido el veredicto correspondía que las partes volvieran a alegar de acuerdo a la nueva imputación. Los fiscales Fernando Guzzo y Gustavo Pirrello pidieron 23 años de prisión para los tres, mientras que la abogada de la familia de Moya, reclamó 25 para todos los detenidos.
En el caso de las defensas, fueron por la pena mínima de 10 años. Finalmente, el juez Gonzalo Guiñazú dispuso 23 años de cárcel para Agüero y 22 para Villanueva y Vildoza.
Atraco fatal
Moya fue asesinado a balazos el 4 de noviembre del 2017, en su casa de Calle Gutenberg de Villa Nueva. Dos delincuentes ingresaron con la excusa de consultar por un trabajo de carpintería, cuando en realidad iban por $20.000 que el hombre había cobrado. Los ladrones tenían ese dato y fueron por el dinero y, presuntamente, también por una camioneta.
El trabajador se resistió al robo y se trenzó con uno de los malvivientes, hasta que le efectuaron un disparo en el pecho y otro en una pierna, lesiones que acabaron con su vida instantes después. Los agresores escaparon, pero a uno de ellos se le cayó una pistola 9 milímetros, elemento que terminó siendo clave en la causa.
Según los pesquisas, en la escena estuvieron Agüero y Miguel Ángel Donoso-prófugo que no ha detenido-y afuera esperaban para escapar en un auto Vildoza y Villanueva. Todos huyeron en un Ford Fiesta, sin haber robado nada.
El arma en cuestión fue levantada por el hijo del carpintero y entregada a la Policía. Los peritajes sobre ella arrojaron que en su cargador había una huella dactilar de Agüero.
Respecto a sus dos cómplices, quedaron complicados por escuchas telefónicas en los días previos al crimen y en las que planeaban el asalto. Además, el coche que usaron para escapar fue secuestrado por la Policía y los peritos detectaron una huella de Vildoza.
Este último llegó a ser detenido dos veces por el hecho. Tras su primer arresto armó una coartada convenciendo a un juez para que lo libere, aunque nuevas pruebas lo volvieron a vincular y cayó luego de estar varios meses prófugo.
