Entre 20 y 25 medidas, contando allanamientos y registros domiciliarios, no han alcanzado para dar con un presunto delincuente que habría participado en un violento asalto a un negocio de San Rafael, donde su dueño se defendió a los tiros e hirió a uno de los sospechosos. Se libró un pedido de captura nacional para el prófugo -con varios antecedentes- mientras su aparente cómplice ya está con prisión preventiva.
En un 50 por ciento se encuentra la investigación del fiscal Javier Giaroli, a cargo del hecho sucedido el pasado 21 de agosto en una despensa ubicada en la esquina de Maza y Pichincha, en Pueblo Diamante. Por un lado, consiguió este miércoles la preventiva para Ángel Cáceres (22), quien seguirá detenido por el delito de robo agravado por el uso de arma de fuego apta para la ejecución de disparos. Por otra parte, lo negativo de la causa es que no logran dar con Leandro Jesús Anfuso (25), reconocido por las víctimas pero que aún no ha sido capturado.
Arduo ha sido el trabajo de Investigaciones durante estas casi tres semanas, prácticamente agotando todas las instancias de búsqueda. Allanamientos ordenados por un juez, colaboración de dueños de casas para el ingreso de la Policía para revisar las propiedades y profundización de datos de todo tipo, no han sido suficientes para localizar al acusado.
La nueva medida que se comunicó ayer fue el pedido de difusión de su rostro en los medios de comunicación para una eventual colaboración de la población y la posibilidad que de alguien lo haya visto y alerte a las autoridades. “Es probable que se encuentre armado, que esté herido por impactos de arma de fuego, que haya cambiado su fisonomía y que utilice un nombre falso”, apunta un comunicado del Ministerio Público Fiscal.
Estiman que Anfuso quedó lesionado porque en el coche en el que se fugó con el otro imputado, la Policía detectó manchas de sangre en uno de los pedales del lado del conductor. Precisamente Anfuso sería quien iba al mando del Peugeot 206 que apareció abandonado en el cruce de Tacuarí y Maza. También había restos hemáticos en el asiento del acompañante, donde habría ido Cáceres tras recibir balazos en el tórax y en un brazo.
Prontuarios
A su corta edad, el fugitivo ya cuenta con varios antecedentes y penas cumplidas en la cárcel. En su registro aparecen condenas por portación de arma civil, resistencia a la autoridad, desobediencia, dos robos agravados por escalamiento y dos más por amenazas.
Este muchacho hace varios años que vive en San Rafael, aunque es oriundo de Buenos Aires. Una de las pistas de su paradero es que se haya ido hacia esa provinica en busca de refugio.
En el caso de Cáceres, quien está detenido, al momento del asalto se encontraba con libertad condicional por una sentencia de 5 años por un robo agravado.
Robo de tres paquetes de chicles e intercambio de disparos
Las víctimas, el comerciante, su esposa y el hijo ambos de 21 años, relataron que aquella noche de sábado Anfuso entró al negocio pidiendo tres tiras de chicles, simulando una compra. Segundos después irrumpió un sujeto encapuchado -sería Cáceres-, quien le apuntó con un arma de fuego a la cabeza al joven.
Frente a eso su padre no dudó, tomó una pistola calibre 9 milímetros y baleó al hombre armado. También le disparó a Anfuso aunque no sabe si lo hirió, ya que lo tenía por detrás. En su escape los delincuentes dispararon contra la despensa, pero el comerciante no se quedó a atrás y siguió tirando.
Cáceres fue arrestado en su casa, luego de que llegara sangrando y se escondiera debajo de una cama. Ante el comportamiento extraño, su madre llamó al 911 y lo delató.
El prófugo abandonó el vehículo y los efectivos advirtieron que en la parte trasera estaban los paquetes de chicles. Es decir que el robo fue consumado, por más magro que fuera el botín.