“Si un día no vuelvo, rompan todo”, avisó en sus redes días atrás Úrsula Bahillo (18), la joven asesinada en Guido Spano (Buenos Aires) por Matías Ezequiel Martínez (25), su expareja y efectivo de la Policía bonaerense. El femicida ya había sido denunciado por violencia de género, pero estaba en libertad.
Una vez informado el femicidio, salieron a la luz una serie de chats y posteos que dejan en evidencia que el acusado golpeaba y maltrataba a la víctima, y que la tenía amenazada de muerte.
“Me tiene amenazada de muerte, por eso tengo miedo amiga”, le confió Úrsula a otra amiga por WhatsApp sobre el policía Martínez en noviembre de 2020. En la misma conversación, le contó: “Siete meses me pegó, me callé siempre, hasta que me vi muerta, por eso lo denuncié”.
Ya el pasado 5 de febrero, la Justicia le había impuesto una orden de restricción a Martínez, pero él la rompió e igualmente se acercó a Úrsula, a quien mató este lunes. Después del femicidio, el sujeto intentó suicidarse con un cuchillo, pero los policías lo detuvieron antes y lo llevaron al hospital Unzué.
En otro chat de WhatsApp se lee a Úrsula preocupada por lo que vivía. “Estoy temblando. No me respondas nada de lo que te digo. Me re cagó a palos, pero mal. Y esta vez fue muy posta”, manifestó la chica.
En Twitter e Instagram, la víctima también había avisado del calvario. “Nunca creí estar denunciando a alguien por violencia de género. Quiero ser la última”, dijo Úrsula el 5 de febrero.
Un femicidio que vuelve a conmocionar al país
La joven de 18 años fue encontrada muerta con golpes y puñaladas la noche del lunes, cerca de las 20.30, entre pastizales de un campo, a la altura del paraje Guido Spano, a unos 13 kilómetros a las afueras de Rojas, sentido a la vecina ciudad de Salto.
Lo que los investigadores tratan de establecer ahora es si Martínez citó allí a Úrsula o bien pactaron un encuentro para solucionar cuestiones relativas a su vieja relación y a las denuncias que la víctima había radicado contra él por violencia de género.
El femicidio se descubrió tras el llamado al 911 de un tío del propio imputado en el que refirió que creía que su sobrino había matado a una joven porque le confesó en un llamado que “se había mandado una cagada”.
Al llegar al lugar, la Policía se encontró con la chica asesinada y al agresor malherido dentro de su auto, un Peugeot 307. El sospechoso intentó escapar a pie por los pastizales y el campo, pero de inmediato fue reducido y apresado.
Dentro del auto, los investigadores hallaron una cuchilla de carnicero con mango blanco y manchas hemáticas, que se cree fue el arma homicida y quedó secuestrada para peritajes.
Martínez, policía de la Bonaerense, estaba con carpeta psiquiátrica desde septiembre de 2020.
El caso es investigado por el fiscal Sergio Terrón, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Junín, y por la ayudante fiscal local, Nora Fridblatt.