Abatido por una bala policial en el pecho mientras escapaba y efectuaba disparos. Así murió esta mañana Miguel Ángel “Pipa” Cerón Chirino, el hombre de 34 años buscado por un crimen, y hermano del tristemente célebre delincuente juvenil “El Morocha” (18). Ocurrió minutos después de las 7 durante un allanamiento en la casa de su madre, en el barrio San Martín de Ciudad.
El caso es investigado por el fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello, quien tiene en sus manos también la causa por el crimen de Rodrigo “Chijo” Pelayes (42), que tenía como único sospechoso a Cerón, conocido en el ambiente delictivo como “Pipa”.
A pocos minutos de conocerse el desenlace de Cerón, trascendió que había recibido un disparo en la cabeza, por lo que no se descartaba la hipótesis de un suicidio. Pero al mediodía se conoció la versión judicial del caso. “Lo mató un policía en el contexto de repeler el ataque de Cerón, que disparó varias veces”, explicó una fuente judicial.
Horas después, el Ministerio Público Fiscal emitió un comunicado en el que especificó cómo ocurrieron los hechos. La Justicia había ordenado una serie de allanamientos en la populosa barriada capitalina para dar con el sospechoso con efectivos de la Dirección de Investigaciones y otras divisiones de apoyo, como la Unidad Investigativa de Godoy Cruz. Uno de las medidas judiciales se realizó en la casa de la madre de Cerón, ubicada en la manzana 45, en calle Cacheuta y Los Paramillos.
Cerca de las 7.20, los uniformados estaban apunto de entrar cuando un policía que se había subido a los techos colindantes vio que “Pipa” quería escapar por ahí. Acorralado y “haciendo caso omiso a la voz de alto policía”, según la versión oficial, Cerón disparó varias veces y el efectivo repelió el ataque con su arma reglamentaria. Uno de los plomos ingresó por el tórax de Cerón y le provocó la muerte al instante. Del intercambio de disparos no resultaron efectivos lesionados.
Ahora Pirrello realiza medidas tendientes a profundizar la investigación. El fiscal estuvo en el lugar del hecho ayer por la mañana para supervisar la investigación realizada por Policía Científica. Por prevención ante posibles “represalias” de vecinos y allegados a la familia Cerón, se montó un importante operativo de seguridad, que incluyó la presencia de efectivos de Infantería, apostados con escopetas y escudos.
El investigador ordenó la aprehensión del uniformado que disparó, perteneciente a la Unidad Investigativa de Godoy Cruz, y que se le practicaran pericias físicas. Además, su arma fue secuestrada para ser peritada.
Todo hace pensar que el caso se cerraría como un homicidio en legítima defensa, por lo que el policía que disparó quedaría libre dentro de algunas horas.
Cerón era buscado por el asesinato de Rodrigo “Chijo” Pelayes (42), quien perdió la vida la tarde del 2 de octubre pasado en su casa del mismo barrio. Por el hecho la Fiscalía de Homicidios había ordenado un pedido de detención ni bien Pelayes fue asesinado.
“Estaban compartiendo bebidas alcohólicas y consumiendo un grupo de personas, Pelayes, Cerón y unos albañiles. En un momento los albañiles se fueron a buscar una engarilla con arena y, cuando volvieron, escucharon disparos. Después vieron salir a Cerón con un arma en la mano. Por ahora no sabemos el móvil del caso”, confió una fuente que trabaja en el caso momentos después del crimen que dio inicio a la búsqueda de Cerón.
Tiempos violentos en el Oeste capitalino
La muerte de “Pipa” se da en el marco de un recrudecimiento de hechos violentos que se ha registrado en la populosa barriada capitalina en los últimos meses. Se ha producido una seguidilla de tiroteos con heridos, hechos que tendrían relación con ajustes de cuentas por drogas o disputas entre bandas.
El viernes pasado, se escucharon más de 50 disparos y una resultó herida al recibir un plomo en la zona abdominal, cuando había salido a la puerta de su casa, en Pedro Llorens y Picheuta creyendo que eran fuegos artificiales y no un tiroteo.
Antes, el lunes 23 de octubre una pareja resultó herida. Cerca de las 18, un llamado al 911 advirtió que se habían escuchado disparos y dos personas estaban heridas. Un joven de 28 años y una mujer de 26 fueron trasladados en una camioneta a la guardia del Lagomaggiore. Una vez allí, la mujer fue diagnosticada con una herida de arma de fuego en el mulso derecho, con orificio de entrada sin salida. El hombre fue asistido por una herida de arma de fuego en el tórax, en la pierna derecha y en el brazo derecho.
La seguidilla de casos violentos tuvo su momento más álgido el 2 de octubre por la tarde cuando asesinaron a Rodrigo “Chijo” Pelayes (42), en su casa de la manzana 24 del barrio San Martín.
Un día antes se denunció un ataque mafioso: una banda atacó brutalmente a un joven de 19 años y luego le envió un video de la agresión a su madre. La mujer llamó al 911 para denunciar que su hijo había sido baleado y que le habían enviado un video a su teléfono.
Minutos más tarde volvió a llamar a la línea de emergencias para informar que el joven, con un pedido de captura vigente, se encontraba en una vivienda de la manzana “G” del barrio San Martín. Había sido baleado por lo que tenía heridas en la frente y en el cuero cabelludo. El joven sólo dijo que había sido interceptado por un grupo de cuatro o cinco sujetos que lo habían agredido.
El sábado 7 de octubre, un hombre fue baleado y quedó internado en grave estado. El hecho se registró en calle Cacheuta, en el sector conocido como Fuerte Apache, de la “caliente” barriada capitalina. La víctima de 43 años recibió un disparo en el tórax y fue trasladada al Lagomaggiore en vehículo particular por un vecino.